• Diario 5 -Buenos Aires, sábado 18 de enero de 2025

Marcha de la Mujer II: El Poema para María Soledad

Pordiario5

Mar 10, 2017

Foto2852Con el sorprendente efecto de ser el primer medio de comunicación digital que publica en forma completa la pieza en cuartetas de Juan José Serra, poeta y  destacado profesional catamarqueño de la radiodifusión, Diario 5 fotografió la sencilla hoja A4 que colgaba de las rejas del frente del Congreso Nacional durante la marcha por el múltiple reclamo femenino del 8 de marzo y que traía impresa la poesía en cuestión.

El Diario La Nación publicó en marzo de 1998 su estrofa principal, junto a detalles de la peregrinación de Ada Morales al Santuario de la Virgen del Valle, en agradecimiento por haber conseguido que se hiciera justicia tras el juicio a Guillermo Luque y Luis Tula, por el crimen de su hija, María Soledad Morales, probablemente el femicidio más emblemático de la historia argentina, dado el protagonismo del poder político, que no tuvo medias tintas en demostrar alta hipocresía y cinismo procurando que el asesinato quedara impune.

La estrofa que abre y cierra la poesía, englobada en la sencillez, procura cargar con algo de la responsabilidad que bien podría asumir cierto sector de la sociedad. Su hipotética y quimérica repetición en escuelas de todo el país, quizás nos habría ahorrado de alguna de las aberraciones que subsiguieron al caso María Soledad: Era una rosa en capullo / Y en capullo se quedó / De la muerte de esa rosa / También soy culpable yo. Llana en recursos literarios, la poesía completa estuvo disponible para su lectura durante la marcha por los derechos de la Mujer, en la vereda del Congreso, sobre la Av Entre Ríos, este 8 de marzo.

Era una rosa en capullo
Y en capullo se quedó
De la muerte de esa rosa
También soy culpable yo

A las voces que preguntan
¿Quién te mató Soledad?
El eco va respondiendo
fue esta enferma sociedad

Te mataron los que la fiebre
Del poder ya los devora
Los que por dólares fáciles
venden su alma a la droga.

Los que en fiestas bacanales
tan solo se sienten ricos
Los que abandonan hogares
Sin importarles los hijos.

Los que no tienen reparos
en cobrar Sin trabajar
y dilapidan su tiempo
ante la mesa de un bar.

Los que no alzaron sus voces
por Justicia y Dignidad
los eternos practicantes
del fácil «No te metás».

Los que altivos se rehúsan
Su frente inclinar a Dios
y ante el poder de los hombres
se arrodillan sin pudor.

Era una rosa en capullo
Y en capullo se quedó
De la muerte de esa rosa
También soy culpable yo

Acerca de Juan José Serra y su obra

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *