• Diario 5 -Buenos Aires, martes 17 de septiembre de 2024

La pandemia y el periodismo dividido

PorMarcelo Zanotti

Abr 8, 2020

«El periodismo es una de las pesas para aportar algún equilibrio ante tendencias de la sociedad hacia conductas que lleven, o bien a plantarse en pos del control de la pandemia o a la frustración de medidas adoptadas por los gobiernos».

El texto fue extraíado de una invitación realizada a un grupo de dos mil periodistas a tomar vista de cómo está el el espectro comunicacional en la Argentina, a nivel ideológico, durante la pandemia del coronavirus, realizada por el portal argentino de exposición permanente de tapas de diarios, Ensamble 19.

E19, como se la conoce, realiza en el e-mail de invitación una aclaración que considera importante: «si estás ejerciendo el periodismo y -aún en esta ultra emergencia- te mantenés escribiendo, comentando o aportando al mantenimiento del tironeo ideológico en la Argentina, te pedimos disculpas. No sos destinatario de este mensaje. Ni te tomes el trabajo de entrar a Ensamble 19 para ver el panorama de cómo está comunicando el país. Sos parte de ellos. Seguí en la tuya. Podés borrar este mail antes de leer el próximo párrafo».

Luego, el concepto más claro de abril de 2020:

«En la Argentina, lentamente, la sociedad vuelve a teñir todo lo que hace, mira y toca con su color ideológico preferido. Y eso a un sector del periodismo argentino LE ENCANTA. La «grieta» divierte. Es para politiqueros que saben poco y nada de política. Son claramente ‘argentos’, repetidores de las chicanas de los referentes de la parcialidad ideológica a la que siguen con pasión futbolera».

Durante la crisis sanitaria, estamos enfrentándonos a medios que repiten lo que supuestamente investigan los profesionales de otras organizaciones periodísticas. Y en realidad no se trata de investigaciones, sino de fórmulas de comunicación que consisten en dar libremente la palabra a profesionales de la salud vinculados de manera directa o indirecta con sus anunciantes.

No hay demagogia más hipócrita que atribuir inteligencia al grueso de la población, cuya respuesta en sufragios, ante semejante trampa, queda casi asegurada. Frases como «Los Pueblos nunca se equivocan» abarcan, apenas, a unos pocos aspectos de la vida en sociedad. Pero nada más. Desde hace cinco siglos -sólo por contar desde Maquiavelo- se conocen efectos de estrategias para movilizar la voluntad de las personas desde cualquier centro de poder. Algunos de estos ardides, de fórmulas bastante sencillas. Si la inmoralidad de alzar la voz para pretender afianzarse en un status de jerarquía privilegiada, adulando vanamente al pueblo, fuera una figura delictiva contemplada en el Código Civil, no se escucharía tanto

Del mismo modo en que Charly García asegura que no existe una escuela que enseñe a vivir, jamás existió la garantía de prever que el/la carismático/a enamorador/a del pueblo al que estamos votando, no nos traicione o -por lo menos- no nos decepecione cuando nos gobierne.

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