La invisibilización en la que cayó el tumultuoso reclamo que el miércoles 21 de octubre realizaron numerosas personas frente a la sede de la Casa de al Provincia del Chaco, en la Av Callao al 300 de la Ciudad de Buenos Aires no se condice con el seguimiento que se le dio en los medios de comunicación a la muerte que motivó la protesta.
La fuerte acción de los militantes, que rompieron los vidrios y causaron otros daños materiales en el lugar se motivó en la indignación que la mayoría de la población argentina sufrió ante la muerte del dirigente social chaqueño Ángel Verón, a manos de la policía de esa provincia, al reprimir una protesta del Movimiento de Trabajadores Desocupados.
El 24 de septiembre, Verón se les plantó -en su condición de militante de la organización MTD “No al desalojo”. Reclamaba la entrega de herramientas y becas para la terminación de las viviendas sociales cuya construcción completa fue comprometida por gobierno provincial de Capitanich. La Policía de la Provincia del Chaco armó una balacera y luego le propinó castigos físicos a detenidos.
Verón murió 25 días más tarde en medio de una de las más asquerosas discusiones que se hayan producido en la historia política argentina, en la que miembros del gobierno chaqueño y su deleznable fuerza de seguridad le atribuyen la muerte de Verón a una complicación renal por una operación que el dirigente había atravesado tiempo antes.
Pasando a la protesta del miércoles 21 en Buenos Aires, al día siguiente de la muerte de Verón, Diario 5 fue el único medio que comprobó la rotura de instalaciones de la Casa del Chaco, lo que genera mucha (demasiada) distancia entre el Partido Obrero y la parte de la sociedad que poco entiende de lo que pasa en la Argentina, casi siempre por cooptación ideológica de los medios de comunicación poderosos. Sólo que esta vez, ni eso sucedió, ya que ni se tomaron el trabajo de estar en el lugar para seguir la acción de los manifestantes del PO, quienes – dicho sea de paso- se están transformando en los que más bajas por muerte sufren, en estos tiempos en los que las protestas por problemas sociales no son compartidas por quienes ideológicamente se rasgan las vestiduras mostrándose líderes de un proyecto nacional.
La defensa de la protesta por la muerte del dirigente social (a quien el gobierno chaqueño y los medios merdios llaman vulgar y simplistamente, «piquetero») Ángel Verón no se extiende a una justificación de la destrucción de lo que pudieron encontrar a su paso en la Casa del Chaco, los manifestantes. Pero ¿quién va a dar, ahora, una respuesta adecuada, tanto desde la política como desde la Justicia en una provincia tan impregnada de costumbres corruptas?
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