Para que la Ciudad de Buenos Aires gane, en lo que todos conocemos como accesibilidad, es necesario que todos los involucrados se consulten entre sí. Es muy común que, a veces, escuchemos decir a los gobernantes que ciertos objetivos los tenemos que lograr “entre todos”.
Pero… ¿qué significa que algo sea “entre todos”, cuando en la mayoría de los casos, cuando quieren intentar un objetivo, quienes gobiernan, de entrada todo lo intentan solos y sin consultar a nadie? Luego vienen los nudos que hay que destrabar, aparecen las críticas y entonces sí, a consensuar, porque –suelen decir- “lo que hay que lograr, lo logramos entre todos o no lo logra nadie”.
Como es tan común y repetido este proceso cuando las papas queman, nos queremos adelantar a cualquier conflicto que pueda surgir para cuando asuma el recambio del gobierno de la Ciudad. Aunque se trate de una entrega del poder entre Jefes de Gobierno de un mismo partido, aspiramos a que la próxima administración mejore en los aspectos referidos a la atención que demanda el universo de la inclusión.
Cuando las rampas se usan para llegar de una puerta a la otra, no hay nada para observar, pero cuando nos depositan en un hospital desprovisto de un servicio especial para la atención de personas con discapacidad, la accesibilidad decae. La accesibilidad decae si en las escuelas primarias y secundarias se hace débil la enseñanza de cómo actuar en casos de necesidad para la asistencia de personas con discapacidades.
Genera el mismo efecto si, como sociedad, no se nos enseña ni se fomenta el conocimiento de cómo actuar en cualquier tipo de emergencia humana. Y fundamentalmente se hace imperioso evitar que Inclusión y Accesibilidad se conviertan en palabritas de moda y se utilicen viciosamente para hacer política. Por eso es necesario que las organizaciones que representan a las personas con discapacidad sean consultadas en forma permanente. Y será fundamental que COPIDIS, la Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad tenga una fluída interacción con las autoridades de salud de la Ciudad.
Diario 5 estará observando el proceso de transición, que para muchos será imperceptible pero entendemos que se notará una diferencia de riesgosos posibles resultados, no por diferencia de estilos de gestión sino por el justificado temor a las invariables mermas de presupuesto que “mágicamente” suelen sufrir los años posteriores a las campañas electorales. Será éste un objetivo claro y singular del periodismo especializado en temas de inclusión durante la próxima gestión porteña. Y también de la Nación: será necesario que en 2016 las leyes referidas a la discapacidad y sus reglamentaciones se cumplan a rajatabla para evitar que eventuales cambios políticos aporten a la dilución del costoso proceso de concientización de la sociedad acerca de los temas referidos a la inclusión.