Del mismo modo como cualquiera elige el color de una prenda de vestir antes que otro, o elige un vino o una marca de teléfonos celulares, las personas en el siglo 21 eligen sus medios de comunicación.
Muchos eligieron, durante 3 años el mensaje global de la Nacional Rock. Y cambió el color del gobierno, con muchos vaivenes y polémicas basadas en cuestiones ideológicas. El problema que aquí planteamos es que hubo una minoría que ―aparte de optar por esa emisora― le había tomado el tiempo a «Emociones Rock».
Lo “especial” de este programa no era lo que siempre se intuye. Carlos Mello, el promotor de este ciclo, pertenece a Mundo Alas, donde la condición de “especial” se impone por razones (quizás) obvias.
Eso especial fue (y consideramos que debería se reconsiderado para que lo siga siendo) el tratamiento de un contenido que, bien podrían incluír muchos más programas de radio y televisión, pero por ahora no cuenta con muchos difusores.
Se trataba de una combinación de diálogos y notas que abarcaban temas que remarcan el esfuerzo de profesionales de la salud y de estudiosos en tecnología que crean y desarrollan aparatos y dispositivos que mejoran la vida de la gente…
…de mucha gente: mejoran la vida de personas que, claramente están en condiciones parecidas a la de Carlos Mello. Y donde Carlos permanentemente también trabaja para lograr esa mejora.
Con una diferencia: los logros de un médico investigador en afecciones musculares, o los de un fabricante de piezas ortopédicas de alta precisión, dependen de su talento y capacidad de trabajo.
Los logros del conductor de ese programa que debería recuperar su espacio en el aire, también surgen de su pensamiento pero, a su vez, fueron de la mano de la respuesta del público.
Por eso, el otro aspecto “especial” que conformaban estas dos horas de domingo de 8 a 10 era la fidelidad.
Si el público resondía con su presencia generando audiencia, significó que el mensaje tan especial del ciclo llegó siempre a buen puerto, sin depender de la política. Porque la gente lo eligió.
Del mismo modo en que un chico elige con quién conversar en su colegio o en la facultad. Todo el tiempo está eligiendo vínculos. Y Emociones Rock debe seguir siendo un vínculo. A través de las redes sociales, en forma permanente, Carlos Mello recibe mensajes de aliento para que ese vínculo pueda ser conservado.
Un programa que cada tanto tenía premio. Es que las noches con visitas artistas se creaba una fiesta. Una fiesta del corazón. Y también fueron especiales las mañanas de domingo cuando al ciclo le tocó emitirse en ese horario.
No sólo del rock vive el rock. Diario 5 se suma a la cruzada de recuperación del programa Emociones en la FM dedicada al Rock de la Radio de todos. Porque hay minorías que merecen lo mismo -o más- que lo que las mayorías exigen.