Si bien el Buenos Ares Celebra Italia de este domingo tendrá múltiples atractivos, el evento más tradicional y culturalmente más profundo que se podrá apreciar, es, sin duda alguna, la Infiorata sobre el asfalto de la Av. de Mayo.
La Infiorata o Festival de las Flores es un acontecimiento importante que consiste en la elaboración de verdaderas alfombras de flores, por lo general, en la fiesta católica del Corpus Christi. La tradición de estas decoraciones nació en Roma en la primera mitad del siglo XVII como una expresión de la llamada Fiesta de las flores. Se cree que la tradición de la creación de imágenes usando flores nació en la basílica del Vaticano, por impulso de Benedetto Drei, jefe de la Floreria Vaticana y su hijo Pedro, que había usado «frondosas y minuciosas flores para emular mosaicos” el 29 de junio de 1625, fiesta de los santos Pedro y Pablo, patronos de Roma. Pocos años después, en 1633, otra pintura floral fue creada por Stephen Hope, un cercano colaborador del artista Gian Lorenzo Bernini. Oreste Raggi informa que, muerto Benedetto Drei, fue elegido Bernini para sucederlo y que este arte de Roma se extendió en el extranjero.
La tradición barroca de decoraciones florales se había adoptado en el siglo XVII en las localidades de los Castelli Romani. Gian Lorenzo Bernini, el arquitecto principal de las fiestas barrocas tenía estrechos vínculos con las personas que influían en esta zona. En Roma la costumbre de las Infiorate desaparecería a finales del siglo XVII, aunque –tal como lo informa un manuscrito anónimo 1824 conservado en la Biblioteca Central Nacional de Roma- en los Castelli Romani todavía continuaba en el siglo XVIII.
La primera exhibición floral en escena de la fiesta del Corpus Christi se remonta a 1778, que fue el año en que se establecieron algunas pinturas florales en la Via Sforza de Genzano. Ya en 1782, una alfombra cubrió toda la calle sin solución de continidad. Desde entonces, los lugares en los que se producen decoraciones florales con motivo del Corpus Christi son numerosos, no sólo en el centro de Italia, sino también en el extranjero, por ejemplo, el recordado floral Orotava, en las Islas Canarias, debido a que las imágenes se obtuvieron con hierbas de colores, en lugar de pétalos de flores. Hay algunos lugares como Kobe, en el Japón, donde se producen decoraciones florales como las del modelo tradicional de Infiorata, pero sin ningún vínculo con las fiestas religiosas cristianas.