
El Museo Fangio de Balcarce instaló una parte de su colección en el Hipódromo de Palermo. En realidad, eso es sólo una parte del conjunto de atracciones que brillan esta tarde en el gigante de la Avenida del Libertador. Es que se corre el Gran Premio Nacional y por estas horas hay miles de personas en diseminadas en el Paddock, la tribuna Carlos Pellegrini y en los costados de la pista.
Cualquiera consideraría extraña la llegada de tanta gente por un Clásico de Turf al que se sume la opción de ver unos autos de carrera antiguo. Es verdad, no es suficiente. El gran predio del Paddock, con acceso en Libertador y Bullrich, se llenó de stands de las rutas bonaerenses de alimentos, de la Presidencia de la Nación y las promociones turísticas a través de stands de su correspondiente ministerio y un tobogán inflable para que jueguen los más chicos. ¿Niños en el Hipódromo? ¿En qué país estamos? Cómo cambiaron muchas cosas!
La explicación definitiva es que al cierre de esta jornada soleada en el Argentino, en el que muchos habitués de las «reuniones» (expresión habitual de las jornadas en las que se programan carreras) habrán de sentirse invadidos, cantarán Los Nocheros. El ahora trío salteño será el plato fuerte en un escenario montado en el interior del circuito. El G1 terminó siendo la excusa para armar una fiesta inmensa. Nada de todo esto afectó el normal y multitudinario movimiento de las salas de slots.