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Extranjeros en Buenos Aires: fascinación y cuidado

Pordiario5

Abr 3, 2018

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Turistas en Florida. Estar atentos para evitar disgustos

Ginevra Visconti dejó asentada en su bunker digital una mirada tan clara acerca de la situación de los que se vive en la Ciudad de Buenos Aires, como pocas veces se puede obtener en los medios de comunicación locales. Ginevra comienza haciendo un doble reconocimiento con el concepto “En Buenos Aires la inseguridad, aunque imperceptible, es real”.

En este hemisferio estalla el verano, junto al turismo, y cada año, recibo correos electrónicos de amigos, amigos de amigos, primos de amigos, primos y amigos a anticipando su llegada a Argentina, pidiendo información, consejos, direcciones, y una pregunta clásica que nunca sé cómo responder.

«Pero… Buenos Aires ¿es realmente peligroso?»

Entonces, apasionadamente enamorada de responder a las peticiones más frívolas y agradables, para revelar los «primeros frutos» de esta ciudad que tanto amo, estoy paralizada en tener que reflexionar sobre este tema amargo pero, por desgracia, real. Buenos Aires, puede llegar a ser peligroso, pero ¿cómo explicarlo? Cómo hacer creíble y veraz un problema sutil que afecta a esta ciudad tan acogedora, europea, familiar, brillante, ocupada y dinámica, llena de gente caminando por las calles?
En sucesivos regresos a Buenos Aires, fui capturada por la curiosidad, la pasión, el calor y la historia. La sensación de inseguridad no se percibe de forma explícita y entonces la hacemos pasar a un segundo plano, mientras que, lamentablemente, es precisamente ése, el momento en el que debemos mantener la atención firme. Personalmente, he atravesado un par de veces la desagradable sensación de «peligro», pero es que había llegado a la relajación total moverme con total libertad. Ahora por costumbre, y tomando en cuenta los horarios, me encuentro a menudo alerta, muy atenta a respetar ciertas medidas pequeñas.

Relojes, bolsos y teléfonos móviles son el blanco favorito de los frecuentes robos y asaltos, mientras que los actos de violencia están, por desgracia, también en la agenda, y no sólo en los medios de comunicación y en las estadísticas (oficiales y no oficiales), sino también, y sobre todo, en historias de amigos y personas cercanas. En sólo dos semanas, supe de dos robos y dos amenazas, me han aproximado al problema y me hicieron subir la guardia baja. Encantada por su magia, en Buenos Aires es fácil de olvidar sus peligros ocultos.

Y si se compara Buenos Aires a otras ciudades de América Latina, quizás se puede considerar menos peligroso, pero en los últimos tiempos, por desgracia, es un hecho que la inseguridad constituye una de las notas dolorosas no sólo de la capital, sino de la Argentina en general, y es una de las principales quejas al gobierno actual.

En la Provincia de Buenos Aires, se ha creado una página web (www.mapadelainseguridad.com) con un mapa interactivo que muestra las partes de la ciudad con mayor riesgo. El mapa está hecho por los ciudadanos que han sido víctimas o testigos de delitos, por lo que las personas sean conscientes de lo que está ocurriendo o pueden suceder, y así evitar nuevos casos, pero en realidad, el sentido común es la única precaución efectivo real.

Varias precauciones, como no usar joyas, no llamar la atención, cambiar de vereda con frecuencia. Llevar algo de dinero en efectivo, no circular en zonas desconocidas y aplicar el sentido común puede evitar situaciones desagradables. Asesoramiento a los que están a punto de viajar: cambiar dólares antes de la salida. El problema del intercambio genera una sucesión de circunstancias desagradables.

La inseguridad, sin embargo, no sólo es causada por los crímenes. El verdadero peligro, común en toda la Argentina consiste en insuficiencia, incapacidad, la superficialidad, con la que se enfrentan ciertas circunstancias, generando situaciones literalmente absurdas. El deplorable estado de las carreteras y las aceras provoca accidentes contínuos. La basura es un atentado a la higiene, agravada por un número de perros callejeros (cuestión amarga y sin resolver del país) que se dispersan en todas partes. En Buenos Aires, las inundaciones y apagones frecuentes debido a la crisis energética, paralizan la ciudad, ya caótica, por lo que se torna, a veces, inaccesible. La inexperiencia y no respetar las normas, a todos los niveles, desde luego no ayudan a mejorar las condiciones.

Así que ten cuidado, Buenos Aires es una ciudad para disfrutar y andar libremente, pero con un ojo, o más bien dos, siempre abiertos, en todas partes.

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