Nos dejó Mariano Mores, el último fundacional de la Música Argentina

No es que se trate solamente de despedir a un miembro de una camada áurica del tango. Es, definitivamente, la partida de uno de los muy pocos, poquísimos genios de la música argentina. SADAIC cuenta entre sus socios, representados y registrantes, a varios miles de compositores que, con talentos diversos, dejaron -y siguen dejando- melodías y armonías que correrán suertes múltiples en la posteridad.

Entonces, haciendo un arriesgado juego de premonición, podemos preguntarnos ¿cuánta de la música de los Siglos XX y lo que va del XXI tendrá oyentes en el S XXII? ¿Qué compositores argentinos podrán ser valorados en 2222? Probablemente varios.

Probablemente, basándonos en nuestros gustos musicales, encontremos a hombres y mujeres de la música argentina que perdurarán ciertamente a través del tiempo, mientras que otros quedarán encapsulados, minoritariamente, en segmentos que harán referencia a las músicas de otros tiempos, sin poder siquiera medirse con la altura de quienes están destinados a la trascendencia per sé.

Y cuando tengamos la lista de esos artistas -especialmente, compositores- que podrían tener presencia en la Argentina y el mundo futuros, ¿cuántos están delante y cuántos detrás del nombre de Mariano Mores? Pocos por delante, si queremos ahorrarle, al maestro recién fallecido, la responsabilidad de convertirse en mascarón de proa de los legionarios cuyas creaciones sobrevivirán a los tiempos.

Es casi impensado que miles de ramplonadas ultradifundidas en los últimos 10 años, veinte, treinta años y hasta varias décadas formen parte de las melodías que algún argentino del futuro alcance a escuchar. Sí, nos podemos imaginar versiones de Uno, Grisel, Taquito Militar, Tanguera y Cuartito Azul.

Hay un Olimpo de la Música Argentina. Orgullosamente sabemos que tenemos allí al gigante maestro Mariano Mores.