El uso de estatuas vestidas es un recurso aplicado en todo el mundo para atraer la atención en pos de diferentes objetivos, aunque no se ha visto una proliferación
Desde el lunes 23, las redes sociales están dando cuenta de una forma de reclamo que abre caminos para verse reflejada en cualquier momento en la Ciudad de Buenos Aires y varios ligares de país. Utilizar una bufanda y un gorro de lana para «abrigar» la estatua de Hipólito Yigoyen, está generando un gran efecto desde Azul, en la Provincia de Buenos Aires.
La idea fue pergeñada por los padres de los alumnos que asisten a una escuela que necesita urgente que la calefacción de la institución educativa funcione.
Un precedente global de gran repercusión fue la «intervención» de la estatua de Isabel La Católica, en La Paz, Bolivia, cuando la vistieron con atuendos típicos de los pueblos originarios, en octubre de 2020, durante una manifestación en la que la agrupación Mujeres Creando planteó una de las preguntas más incómodas en toda la historia la convivencia étnica del altiplano: «¿Por qué vestirla como una mujer indígena es un agravio?»
En Azul, se suponía que todo estaba controlado, dado que en marzo el diario El Tiempo había publicado esta información.
Sin embargo, debajo del busto abrigado de don Hipólito, este lunes dejaron ver estas pancartas:
URUGUAY
BRASIL
PARAGUAY
CHILE
COLOMBIA
PERU
BOLIVIA