Palermo los tiene en Plazoletas y el argentino los tiene en su corazón. Como ellos, tantos han de merecer que sus nombres se alcen al frente de espacios públicos, tanto porteños como de todo el país.
Recorremos un poco el barrio y algunos nombres enaltecen la cultura de todos
La famosa, popular y altísimamente concurrida «placita» Julio Cortazar, es algo así como un epicentro de encuentro nocturno en Palermo. Se encuentra en la amplia intersección de las calles Serrano y Honduras, con un formato de rotonda ovalada a la que le rebanaron una porción. Originalmente se llamó Plaza Serrano, nombre que conserva todo el concepto urbano que rodea a la plazoleta. La superficie de este espacio público es de 985 m2 (0,0985 Ha).
En Palermo chico, la Juan Carlos Cobian, delimitada por las calles Juez Tedín, San Martin De Tours, la Av Ortiz De Ocampo y las vías del FCGSM, con una superficie es de 369 m2 (0,0369 Ha) es un buen homenaje. Todos los pavotes que dijeron que un tipo popular como Cobián (cuyo apellido real era Bianco) no debía tener una plazoleta con su nombre en un barrio bacán, nunca supieron encontrar un lugar de Buenos Aires que justificara, de mejor modo, que nombre del exquisito compositor de “Nostalgias” pudiera presidirlo. Bien por la Plazoleta Cobián. Chiquita, pero cumplidora.
Otra que homenajea a un monstruo sagrado del tango: la Enrique Mario Francini, en Av.Leopoldo Lugones y Av Sarmiento. La superficie de la Francini es de 1760 m2 (0,176 Ha).
Ultima plazoleta correspondiente al C G P 14 Este. Su nombre homenajea a uno de los pioneros en temas de solidaridad y entrega por los pobres: se trata de William C. Morris. La plazoleta con el nombre de aquel predicador británico que abrió uno de los primeros hogares con comedor para gente pobre en Buenos Aires, se encuentra delimitada por las calles Uriarte, Darregueyra, Guatemala y Soler. La superficie de este espacio público es de 430 m2 (0,043 Ha).