Carrie Arnold reveló en New Scientist una serie de escenarios que se presentan en pos de encontrar una vacuna para mal de 2020 que afecta a todo el mundo.
¿Qué tan pronto tendremos una vacuna de coronavirus? La carrera contra covid-19
La esperanza es que tengamos una vacuna contra el coronavirus en 12-18 meses, pero para que eso suceda es posible que tengamos que depender de técnicas no probadas, y eso conlleva sus propios riesgos.
Revisando su cocina en la mañana del 31 de diciembre, Kate Broderick se desplazó por los titulares mientras esperaba que se preparara su té. Una historia le llamó la atención: un misterioso brote de neumonía severa en Wuhan, China. Casi de la noche a la mañana, el número de casos pareció explotar. «Sabía que no teníamos tiempo para esperar», dice ella.
Como genetista molecular de Inovio Pharmaceuticals en California, Broderick estaba preparado para lo que vendría después. Cuando los funcionarios chinos publicaron la secuencia genética del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad solo dos semanas después de que se informaran los primeros casos a la Organización Mundial de la Salud, Broderick se puso a trabajar. En 3 horas, su equipo tenía una vacuna prototipo lista para la prueba inicial. Fue un cambio sin precedentes, pero un momento que Broderick y muchos otros habían visto venir.
La fabricación de vacunas generalmente lleva una década o más entre el desarrollo, las pruebas de seguridad y la fabricación, dice Seth Berkley, jefe de Gavi, un grupo internacional que promueve el uso de vacunas en todo el mundo. Con casos globales confirmados de la nueva enfermedad, covid-19, que supera los 180,000 en el momento de la escritura, el tiempo es esencial.
Para acelerar las cosas, los científicos están recurriendo a clases de vacunas no probadas y repiensan cada parte de cómo están diseñadas, evaluadas y fabricadas. Si el enfoque funciona, por primera vez, habremos identificado una nueva enfermedad y desarrollado una vacuna contra ella mientras el brote inicial aún está en curso.
Pero la velocidad puede venir con desventajas. «Podríamos tener una vacuna en tres semanas, pero no podemos garantizar su seguridad o eficacia», dice Gary Kobinger, virólogo de la Universidad de Laval en Canadá.
La nota continúa y da detalles de cómo en todas las universidades dedicadas al estudios infectológicos e inmonológicos trabajan a destajo por el control definitivo de un mal que -como ya sucedió alguna vez- amenaza con ser el primer eslabón para el fin del mundo o fin de los tiempos
Detalles (fuente) en: Newscientist
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