Se anuncia que tras un año de trabajos para realizar reformas, el Centro Cultural Recoleta alcanzó un nivel de renovación de más del 75% en cuanto a su capacidad operativa. Incluso una buena porción de la propia estructura también participó de los cambios.
En enero el Recoleta participó del FIBA, que, a partir de ahora, será parte de los compromisos culturales propios del verano, tanto àra el país, como a nivel internacional, dada la variedad de orígenes de los artistas que participan. Desde entonces, el CCR no para de sumar cada vez más vecinos. En su mayoría son jóvenes de entre 13 y 30 años que hacen del espacio su casa de estudio, tiempo libre y trabajo.
El objetivo, confirma Luciana Blasco, subsecretaria de Políticas Culturales y Nuevas Audiencias del CCR, era «revalorizar y adaptar el edificio del Recoleta para que fuera capaz de recibir y alojar a todas las nuevas escenas culturales que están vivas en la ciudad». Y se cumplió con creces.
“Según encuestas recientes que realizamos para analizar el impacto de las medidas que tomamos, a casi seis meses de su reinauguración, el público creció un 60%”, continúa Blasco. Mientras el año pasado se acercaban al centro 50 mil personas por mes, desde enero de 2019 esa cifra llegó a los 80 mil mensuales. Además, confirma que en su mayoría son jóvenes de entre 18 y 30 años.
Ya su inmensa puerta de entrada de la calle Junín al 1900, trasmite la profunda renovación; colores más vivos, dibujos en paredes, mobiliarios con diseños más cancheros y un estilo minimalista.
La que hasta el año pasado fuera una casa de arte y cultura más bien expositiva y con criterio museístico, se convirtió este año en un espacio vivo que apuesta a la convivencia de todas las expresiones culturales y jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires.
«A casi seis meses de su reinauguración, el público creció un 60%”. (Luciana Blasco)
Versátil, participativo y cálido, ahora El Recoleta es un lugar con muchos lugares: en sus 17 mil metros cuadrados hay espacios dedicados de forma permanente a los adolescentes con clases y competencias de hip-hop, una sala de dibujo, una zona de estudio y un espacio de ocio y recreación.
En la entrada principal, una tienda de diseño argentino y contemporáneo busca visibilizar el trabajo local. También se puede disfrutar del Cine, el Laboratorio musical, el Centro de investigación, la Residencia para artistas, la Capilla y las salas de exhibición dedicadas a las artes visuales.
Otro de los atractivos del lugar, que no implica desembolso monetario, es la terraza. Ubicada al fondo del gran edifico, con vista directa a otros dos símbolos porteños, el Museo de Bellas Artes y la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, amplia y llena de plantas, es un espacio para ir a tomar mate y compartir un momento con familia o amigos.
Está abierto durante todo el año, desde las 6 de la tarde hasta la medianoche, con una amplia programación, mayormente gratuita.
Las reformas, en detalle
El conjunto de tres edificios históricos que conforman El Recoleta (unos 17 mil metros cuadrados) recobró gran parte de su valor patrimonial y arquitectónico.
Ahora es un lugar más seguro y con mejor equipamiento técnico para los tres mil adolescentes y jóvenes artistas, creadores y activistas culturales que encabezan la programación y los 800 mil visitantes que pasan cada año.
La puesta en valor de El Recoleta incorporó 700 metros cuadrados para actividades culturales, adaptó el edificio a la ley de accesibilidad, renovó las instalaciones eléctricas y de iluminación, modernizó el equipamiento técnico de salas de teatro y danza, cine y artes visuales, modernizó los espacios de trabajo y creó un nuevo comedor y un área de servicios comunes.
Fachadas, muros, techos, carpinterías fueron reparados o reconstruidos con la intención de recuperar el sello original del edificio, rediseñado en 1980 por los prestigiosos arquitectos y artistas plásticos Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Benedit sobre lo que había sido un antiguo convento del 1700.
Los ocho nuevos espacios pensados para la programación anual
1. Espacio Cultura Hip-hop es una zona permanente dedicada a los cinco elementos de la cultura hip hop: graffiti, MC, rap, beatbox y breaking. El lugar está equipado con cyphers más grandes y profesionales para practicar breaking, dos líneas de gradas en altura para alojar al público durante las competencias, grandes muros para los grafiteros y más comodidades técnicas para shows, clases, entrenamientos, batallas de baile, freestyle y fiestas vinculadas al mundo del hip-hop.
El mural de la pared principal del patio fue pintado por Poeta y Cabaio intervino íntegramente una de las salas como parte de la muestra Viral Mural curada por Rodrigo Alonso.
En ese espacio, durante enero y febrero, cada domingo funciona Cultura Rap, una competencia para que nuevos raperos puedan mostrar su talento y forjarse un nombre dentro de la escena del freestyle, en un torneo que será una plataforma entre el rap callejero y las ligas profesionales. Además, todos los sábados, FDL, la crew residente de breaking, tendrá su torneo de verano y encabezará clases de baile y shows con artistas invitados.
2. El Espacio Clave 13/17 es una zona pensada para que los adolescentes puedan habitarla de martes a domingo como si fuera su casa: tiene sillones y puff para echarse, metogoles, una zona para sacarse fotos y máquinas de comidas y bebidas. El Espacio Clave será además, durante toda la semana y todo el año, la base de operaciones del comité Clave 13/17, compuesto por chicas y chicos que curan y programan el contenido del capítulo centennial de El Recoleta y son los organizadores y anfitriones del Festival Clave.
Fue diseñado por Federico Varone y los murales fueron creados y realizados por la artista Fernanda Calvo para la muestra Mural viral curada por Rodrigo Alonso.
3. La Sala de dibujo es una zona de trabajo y creación con mesas para ilustradores, diseñadores y todos aquellos que se animen a probar. Estará activado rotativamente por colectivos de ilustradores y artistas del mundo del comic. Fue planeado íntegramente por el grupo El Galpón, un grupo multidisciplinario formado por arquitectos, diseñadores y artistas.
4. La Sala de estudio es un lugar pensado especialmente para estudiar y trabajar durante el día, en un espacio de diseño equipado con wi-fi, enchufes, puestos para computadoras. Fue creada también por El Galpón, grupo multidisciplinario formado por arquitectos, diseñadores y artistas.
La sala, que tendrá muestras permanentes dedicadas al cómic y la ilustración, propone una experiencia en la que trabajar, estudiar, reunirse o descansar resulte una actividad inspiradora, contagiada por la energía de las muestras, la historia del patio de los Naranjos y las actividades que se desarrollan todos los días en El Recoleta.
5. El Espacio de Ocio es una sala dedicada al relax y el ocio creativo: fue también diseñado por el colectivo de artistas y diseñadores de El Galpón y es un espacio cómodo, con alfombras para echarse a pensar, crear y despejarse.
6. Los espacios de talleres y salas de reuniones fueron diseñadas e íntegramente realizadas por la artista Inés Raitieri y no hay ninguna igual a la otra.
7. La Tienda es un espacio de referencia para comprar diseño argentino contemporáneo. Este proyecto busca visibilizar el trabajo de algunos de los mejores diseñadores del país con una colección de más doscientos objetos. Bolsos y accesorios, joyería, cerámica, objetos de escritorio y bazar, juguetes, textiles, papelería e iluminación conforman un catálogo de piezas artesanales o industrializadas de distintas gamas y precios creadas por diseñadores argentinos contemporáneos.
La Tienda está ubicada a la vista y accesible desde la calle Junín 1930, sobre la entrada principal de El Recoleta, en un local diseñado por el reconocido artista visual y director de arte Rodolfo Pagliere.
8. El nuevo Hall de entrada, sobre la calle Junín, tiene un mobiliario de diamante de espejo rojo, también diseñado por el artista Rodolfo Pagliere.