Serán sesenta días en los que la avenida Rivadavia, por más que sea verano y en pleno enero, se verá sobrecargada con referencia al transporte público y habrá que ver y estudiar de cerca lo que allí ocurra para evitar, eventualmente, algún colapso. Serán los 60 días que no estará funcionando la tradicional línea A de subterráneos de Buenos Aires. Mauricio Macri ya anunció que el objetivo es la mejora en la calidad y la seguridad del servicio. Según el jefe de gobierno esta interrupción llevar a un mínimo de quince días y hasta un máximo de dos meses.
No hay una fecha exacta, pero se conoce que durante la primera quincena de enero comenzará la interrupción. La empresa subterráneos de Buenos Aires sociedad del estado anunció la posibilidad de que se extienda este corte de servicio hasta el mes de marzo. Se alzan voces en contra de lo alargado en el tiempo que podría ser el periodo de suspensión, incluso las del gobierno nacional, absolutamente contrario a que se establezcan la interrupción en sí. El propio ministro Florencio randazzo se encargó de decir que es una locura interrumpir el servicio. “Es un anuncio político para aparecer como re fundador del subte”, expresó randazzo con referencia a la decisión del jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quien ya manifestó su intención de reemplazar los viejos vagones Bourgoise por unos coches chinos que suman por entre cinco unidades en total.
La discusión sigue a tal punto, que randazzo hizo hincapié en que fue el gobierno nacional el que compró los vagones que reemplazarán a los antiguos y trató o a esta decisión de las autoridades porteñas como poco seria. Inmediatamente irrumpió en los medios de comunicación para cruzar al ministro nacional de transporte, el jefe de gabinete del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Rodríguez Larreta, recordando la tragedia ferroviaria de Once, remarcó que el gobierno nacional no tiene autoridad que en 2013 un excelente servicio de subte para la línea a estará en marcha.