Ayer lo aludimos y por los pedidos cuatro lectores gallegos que ingresaron a través del formulario de contacto de Diario 5, vamos a reproducir el texto completo del prólogo que el director de esta web y de la productora Ensamble 19 redactó para el libro Cocina para Consentidos I de Manuel Corral Vide en 2005.
Allo ayer denunció por este medio el robo de contenido de textos originales de organizaciones periodísticas web a manos de otros medios, muchos de ellos no tan undergrounds ni informales. El prólogo fue titulado Palabra de Amigo (supimos tiempo más tarde que sin la anuencia ni del autor del libro ni del presentador).
Sentimos que estamos rescatando una fuente de conocimiento sobre Manuel Corral Vide, quien el lunes próximo recibirá el reconocimiento de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como Personalidad de Destacada de la Cultura.
Escribió Carlos Allo: El talento de un cocinero es valorizado en los tiempos que corren. Enhorabuena.
Centenares de jóvenes aspirantes a gourmet, a chef que resuelve un banquete, dirige un restaurante, triunfa en televisión, 0 simplemente los que imaginan plasmar la alegría de un almuerzo familiar de domingo, recorren academias de cocina de todos los géneros en las grandes y no tan grandes ciudades de cada país. Y en la Argentina esta nueva valoración por lo gastronómico no tardó en prender, ya que, como las vacunas, se trataba de una “segunda dosis”. Es que la Argentina es, desde siempre, tierra de habitual culto a la mesa rodeada de comensales, desde expertos degustadores de cada ingrediente hasta los eternamente adolescentes devoradores silenciosos.
Manuel Corral Vide llegó a la Argentina portando sabores, aromas y secretos develados bajo el cielo 1ucense tanto por abuelas tradici0nahstas como por pescadores y chacinadores baqueanos, cuidadosos agricultores o panaderos madrugadores.
De este multiexperimentado maestro de cocina, periodista difusor del universo gallego en Buenos Aires y viceversa, con background de director teatral, artista plástico de fina traza, tatuado con las bohemias de los barrios e impregnado del saber de las excentricidades de los reyes y la pasión por la historia. ¿Qué otra cosa se podía esperar que el fomento de placeres y la consiguiente intención de transferir a quienes capten su legitimidad un tesoro al que en algún momento todos queremos acceder? Accedamos, pues. La sola condición de mediático quizás sería Suficiente para transmitir ciertos conocimientos de cocina a quien decide obtenerlos. Lo mismo podría decirse de la condición de restaurador. Hasta la condición de “amante de la buena mesa” que alguno ostenta entre sus trofeos de sibarita, lo podría habilitar para desparramar entre sus amigos trucos y fórmulas que lo catapulten como profesor de platos impactantes. Pero estamos ante un Pura Sangre. Lo comprobé personalmente a poco de conocernos hace ya más de 20 años. Su función, en ese momento, era proveer recetas originales para una audición radial dedicada a la Hispanidad. Ahí pude observar cómo Manuel combinaba calídad y firmeza haciendo imperar él profesionalismo que hoy detentan aquellos colaboradores que tuvieron el privilegio de pasar o estar en su cocina, cerca del fuego y del empecínado maestro que no abandona su puesto entre ollas y sartenes.
Pero el “proveedor” resultó ser una fuente de valores enriquecidos e ideales enriquecedores. Todo al servicio de la feliz ansiedad por satisfacer vocaciones culturales y al abrigo de esa cautivante estética oratoria que lo distingue. Entre esos valores se incluía el renglón que me benefició: su faro de la amistad es tan poderoso que no habrá bruja que se le rebele na lume da Queimada.