En el Día Mundial del Medio Ambiente, podría tener cierto valor reflexionar sobre qué se hace en la Argentina en materia de preservación y cuidado ambiental. En el ámbito nacional, las estadísticas muestran una realidad compleja, especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, donde se concentra una gran parte de la actividad económica y poblacional del país.
En CABA, la gestión de residuos es donde el esfuerzo debe sostenerse y hasta multiplicarse para que el aspecto medioambiental de la urbe no se transforme en un problema grave. Según datos recientes, la Ciudad de Buenos Aires genera aproximadamente 6,300 toneladas de residuos sólidos urbanos por día. De estos, alrededor del 40% son reciclables, pero solo se recicla efectivamente una fracción de esa cantidad. Las políticas de reciclaje y separación de residuos se fortalecieron en la Ciudad y es importante, en este tema trabajar mancomunadamente con los municipio de todo el AMBA. En los últimos años, la implementación de contenedores diferenciados y programas de educación ambiental subieron el estándar de efectividad pero la opción de descuidar cualquier cuerda en el aparejo ecológico es un lujo que no puede darse ninguna megaciudad en el mundo.
El aire es otro punto crítico.
Hasta hace un poco más de 30 años, cuando del Riachuelo emanaban olores insoportables, Buenos Aires sólo fue motivo de preocupación en los ámbitos institucionales a nivel local. Los problemas ecológicos en los que la Argentina estaba incurriendo, por entonces,. no eran peores que los que se veían en grandes ciudades europeas.
Las organizaciones de mayor influencia, como la ONU y la OEA recién comenzaban a plantear sus programas de cuidado del medio ambiente, caso FIDA, Foro Internacional de Derecho Ambiental, creado en 1996 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, durante la Cumbre de las Américas sobre Desarrollo Sostenible. Verdaderamente, la toma de conciencia por los cuidados del medio ambiente siguen siendo un punto débil para quienes hemos crecido siendo la Generación del Petróleo.
Retomando con la mirada sobre Buenos Aires, en los últimos años se han registrado algunos avances. Una futura implementación de transportes eléctricos podría ser un paso en grande hacia la sostenibilidad urbana. Las bicisendas y la reducción del uso de vehículos a motor por combustión hicieron notar una ligera disminución en las emisiones de gases contaminantes. No obstante, la ciudad sigue enfrentando problemas significativos relacionados con la calidad del aire, especialmente debido al tráfico vehicular y la actividad industrial en áreas circundantes.
Hay que poner en el haber que Buenos Aires tomó iniciativas para aumentar sus espacios verdes. La biodiversidad urbana tiene resultados a largo plazo. Según informes del gobierno porteño, en la última década se han creado más de 100 hectáreas de nuevos espacios verdes, incluyendo parques, plazas y corredores biológicos. Aquí no sólo se proporcionan áreas de recreación, sino que se busca también mitigar el efecto de isla de calor y mejorar la calidad del aire. Así y todo, los porteños sabemos que, comparada con otras ciudades de la región, Buenos Aires aún tiene un bajo índice de espacios verdes por habitante.
Y el gran cuco: El agua
Éste es otro recurso crítico en la ciudad. La gestión de las aguas residuales y la calidad del agua del río de la Plata y los arroyos urbanos siguen siendo temas prioritarios. Proyectos como el Plan Hidráulico de Buenos Aires han sido fundamentales para mejorar el drenaje pluvial y reducir las inundaciones, un problema recurrente en ciertos barrios de la ciudad. Además, se están llevando a cabo trabajos para mejorar la infraestructura de saneamiento y tratamiento de aguas residuales, aunque la implementación total de estas mejoras requiere tiempo y recursos significativos.
En el Día Mundial del Medio Ambiente, es esencial reconocer los avances realizados y los desafíos pendientes en la Ciudad de Buenos Aires y en todo el país. Las estadísticas muestran que, aunque se han hecho progresos, aún queda mucho por hacer para alcanzar un equilibrio sostenible que proteja el medio ambiente y mejore la calidad de vida de todos los ciudadanos. Es un día para renovar el compromiso con el planeta y con las futuras generaciones, asegurando que nuestras acciones de hoy construyan un futuro más verde y saludable.