El cierre del primer trimestre del año deja, sin ligar a dudas, un sinfín de sacrificios por parte de la sociedad argentina. Con enojos o esperanzada, intransigente o resignada, escéptica o ilusionada, todas las posturas posibles de los argentinos tienen un único blanco enfrente: el gobierno.
¿Se le parece este «aguante» a otros que la gente haya hecho en el pasado?
No.
¿Por qué?
En cualquier crisis económica y dentro de todas las debacles conocidas, siempre los gobiernos apelaron a salvatajes para que la sociedad pueda paliar la situación del momento. Se hizo, casi siempre con emisión de moneda para que el dinero llegara lo más rápidamente al bolsillo de la población. Otras, con endeudamiento
¿Qué aduce el actual gobierno? ¿por qué no apela a alguno de esos métodos para evitar que la población caiga, en esta etapa, más aún en la pobreza?
Aplica un método ultra ortodoxo para obtener equilibrio fiscal y dejar que decante la economía hasta arribar al detenimiento de la inflación.
¿Sabía el gobierno lo costosa que sería esta manera de enfrentar las tasas de aumento de todos los índices de precios?
Por supuesto que lo sabía.
¿Cuál habría sido la diferencia de haber implementado los ajuste de Milei y Caputo frente a la hipotética continuidad de la política de Fernández y Massa?
El gobierno de Milei le viene costando a los Argentinos, midiendo proyecciones al trimestre que finaliza, un 62% más caro que lo que le habría costado si la política económica de Sergio Massa se hubiera mantenido.
¿Esa proyección se mantendría igual para los próximos meses?
Se estima que ya no. Mayo podría ser un mes en el que la inflación de Milei sería idéntica a la que habría generado la política massista hasta ese momento (5 meses de gobierno), con la diferencia de que los sacrificios mayores que hoya realiza la población argentina podrían alivianarse si la moneda encuentra un punto de apoyo para estabilizarse.
¿Habrá mayor recesión?
Ya la vemos. Sin embargo, una sola señal de desaceleración real de la inflación y la reactivación se puede volver contagiosa.
¿El precio de la política de Milei redunda en mayor pobreza?
Sí, pero sus medidas no cargan con la responsabilidad exclusiva.
¿Y a quién más hay que atribuirle la licuación de los ingresos de la gente?
A la bomba.
¿La bomba?
Hablamos de la utilización de fondos públicos que el Ministerio de Economía, durante 2023, hizo para financiar la campaña presidencial del propio titular de la cartera y cuyo efecto negativo se sabía que iba a producirse en 2024.
Estamos, como decía Menem, «mal pero vamos bien»?
Si hay algo de lo que estamos seguros es lo mal que lo está pasando la población más vulnerable. Todas las recetas de ajuste fiscal que se aplicaron en el mundo obligaron a grandes sacrificios por parte de la sociedad, para luego, terminar dando resultados satisfactorios.
¿Se corre riesgo de que, en la Argentina, esta vez, las recetas no produzcan el resultado esperado?
Se supone que deberá funcionar.
Pero es la Argentina.
No lo entenderías