El área de Defensa al Consumidor del Gobierno de la Ciudad viene de realizar una importante seguidilla de actividades abiertas para celebrar el Día mundial de los Derechos del Consumidor. Las anunciaron como destinadas a los consumidores «para aprender a defenderse y cuidar el bolsillo».
Entre las realizadas en plazas y parques y los encuentros en el Centro Cívico de Parque Patricios y el Colegio Público de Abogados de CABA sumaron cuatro jornadas abiertas entre el 15 y el 21 de marzo, donde especialistas en el tema brindaron asesoramientos múltiples.
Hasta ahí, todo bien.
El problema es que para que Defensa del consumidor atienda una necesidad de los ciudadanos, es necesario realizar el trámite de manera electrónica. La primera supuesta posibilidad es llamando al 147. Al hacerlo, cualquiera comprobará que la opción de iniciar un trámite en Defensa al Consumidor no se encuentra en el menú.
Por intuición, algunas personas eligen la que se refiere a «AGIP» (la 4). Ahí dependen de la buena voluntad de quien -luego de un período de espera indefinido (podría ser, tranquilamente, media hora)- al establecerse la comunicación, hable (suelen dejar el tubo del teléfono abandonado sobre algún escritorio sin decir siquiera «hola») y decida derivarlo, de manera interna, con la dependencia que estamos buscando. Nada queda asegurado con este desvío de la comunicación, ya que es altamente posible que el interno de Defensa al Consumidor tenga todos los operadores ocupados.
Finalmente, se podrá hablar con una persona inexperta en el trato con consumidores. Suelen ser muy jóvenes, con muy baja formación general, de buen trato pero muy mediocre capacidad de gestionar sobre la diversidad de problemas que se les presentan. Incluso son fácilmente comprobables la limitaciones de sus superiores inmediatos, cuando se consigue hablar con ellos.
La otra forma de plantear una denuncia es ingresando al apartado de Defensa al Consumidor de la web del Gobierno de la Ciudad. Pues, de buenas a primeras, no es posible. Por lo menos para quienes ya tienen un usuario de acceso vía agip.gob.ar. A ellos se los derivará al formulario de acceso con usuario y contraseña y la página quedará colgada. Sí pueden colarse a presentar su denuncia, quienes se registren por primera vez con un e-mail y no con el CUIT. El inconveniente digital en sí mismo parece extraño pero el problema verdadero lo tiene el usuario que está intentando comunicarse con quien -supuestamente- lo va a defender para no ser estafado y ese «defensor» le hace perder horas valiosas al damnificado.
En las charlas realizadas hace pocos días, Defensa al Consumidor de la Ciudad convocó a los vecinos a las mesas de asesoramiento y difusión. Para eso sí funcionó bien la inscripción previa.