La nota «Acaso hay una Patria para vender»? ha dejado nuevos interrogantes. ¿Cuántos y cuáles son los rubros que la Argentina puede encarar en busca de un desarrollo sin caer en las históricas frustraciones?
Como la repercusión aún persiste, ingresamos en la primera parte de una mirada global sobre los aspectos en los que se hace necesario ser muy conscientes y consecuentes para ir alcanzando logros.
Varias industrias contribuyen a la clasificación de un país como nación desarrollada. Su eventual éxito aseguran el desarrollo económico, avance tecnológico y prosperidad general. Y pueden variar
En el S XXI, una nación desarrollada lidera en tecnología e innovación. El avance tecnológico se asegura con empresas del rubro, instituciones de investigación y un fuerte énfasis en la investigación y el desarrollo (I+D).
En cuanto a las industrias manufactureras consideradas de avanzada, si el país incluye producción de maquinaria de alta tecnología, automóviles, productos electrónicos y otros bienes sofisticados, estamos ante un sello distintivo del desarrollo económico. Aquí hay que incluir inversión en biotecnología. la suficiente como para que se obtenga el doble resultado de contar con sistemas de salud avanzados para la población y para estar en la vidriera del mundo con lo que los cientificos del país generan. La Argentina ha tenido buenos picos en investigación médica, productos farmacéuticos y tecnologías sanitarias. Pero además de los productos farmacéuticos, un país desarrollado se lanza a los productos biofarmacéuticos para tratamientos médicos complejos.
Sobresalir en educación, siempre fue la clave. Volver a lograrlo, a la Argentina no le será tan fácil. Pero con un enfoque en la educación superior, instituciones de investigación y una fuerza laboral calificada, pueden recuperarse bases. La industria del conocimiento, incluida la tecnología de la información y el desarrollo de software siempre dejan una oportunidad, dada la velocidad con la que se producen los cambios.
Nunca está del todo claro en nuestro país si contamos con un sector financiero sólido, donde los bancos, bolsas de valores y servicios financieros estén siempre bien establecidos. Más bien la inestabilidad financiera y las dificultades de acceso al capital son lo corriente. Yesa es, justamente, una característica clave de las naciones desarrolladas. Un ítem pendiente. Detrás de eso, la Tecnología Financiera (Fintech): Hoy, la eficiencia económica y la accesibilidad depende en gran parte de la adopción de tecnologías financieras. los sistemas de pago digitales y las innovaciones.
La gran oportunidad para el despegue de un país como el nuestro, con su capacidad agraria, es que las tecnologías agrícolas más avanzadas, incluida la agricultura de precisión y la biotecnología, mantengan sus actualizaciones y que el país no se despegue de la carrera por aumentar la productividad y la seguridad alimentaria. Los intercambios en transferencia de tecnología con Australia, Canadá y los Estados Unidos comenzaron en los años 80 -antes del boom de la soja- y se mantienen a buen ritmo.
Una industria próspera es la pura fortaleza para el desarrollo económico de un país. Estuvimos en el camino. Después lo perdimos, nos inundamos de pobreza y ahora estamos desesperados por ver si arreglamos todo de golpe.
Mañana, el panorama completo de todos los aspectos que deberemos atender, sin distracciones durante las próximas décadas, gobierne quien gobierne.