Antes podía decirse que esta premisa era válida «por mucha o poca plata».
Hoy, lamentablemente, lo que entendemos por «poca plata», realmente nos resulta irrecuperable como factor de ahorro.
Sí es bueno cualquier método que signifique reducir los consumos innecesarios:
- Tironear indiscriminadamente de la punta del papel higiénico no es para habitantes de un país con hiperinflación.
- Si comprás huevos grandes, el rendimiento está en usar uno o dos huevos menos que los que lo hacías habutualmente, cuando el país tenía una inflación «aceptable» o más o menos «normal».
- No podés comprar una sola fruta o verdura que no esté PERFECTISIMA. Si la verdulería aumenta con la misma proporción con que lo hacen las manufacturas, calidad -entonces- no puede ceder ni un milímetro, porque ya te están cobrando con un súper por el mismo producto de siempre. Lo que faltaba es que aparte de cobrar 30% o 35% de aumento cada semana, te vendan algo de segunda «por un problema de mercado» Denunciar, denunciar y denunciar.
La seguimos.