• Diario 5 -Buenos Aires, domingo 6 de octubre de 2024

Y desinformación sobre las normas

La ostentosa «Fundación MAPFRE», instrumento de blanqueo multioperacional de una mediocre  compañía de seguros, en una web a la medida de sus clientes y de sus potenciales asegurados, en vez de priorizar la real absoluta responsabilidad que deben ejercer los automovilistas en las esquinas sin semáforo, le envía un mensaje «de seguridad» a los peatones, conminándolos a respetar el paso de los vehículos.

El portal se llama seguridadvialenlaempresa.com.

El texto maldito:

«Si no hay semáforo de peatones ni agentes, no se cruzará hasta que los vehículos que se aproximan se hayan detenido y cedan el paso. Hay que mirar hacia ambos lados antes de cruzar y verificar que puede hacerse con total seguridad».

A PARTIR DE LA OBVIEDAD DE QUE TODOS QUEREMOS PRESERVAR NUESTRA INTEGRIDAD FÍSICA, SE MONTAN SOBRE UNA MENTIRA Y APOLOGIZAN UN DELITO:

Los automovilistas deben detenerse SIEMPRE en una esquina sin semáforo en la que hay peatones esperando para cruzar. No se trata de «aminorar la marcha». Es detener el automóvil. Velocidad cero. Las compañías de seguros lo saben.

Los peatones están en todo su derecho de hacerles señas a los conductores de vehículos para que se detengan y les permitan el paso. Son muy pocos los que lo hacen. En la mayoría de los casos, los conductores (ya sabemos que un 72% de ellos, en la Argentina, son gente con inclinación placentera por lo ilegal), no reacciona en lo más mínimo. Y es indefectible que algunos hasta se burlen de la persona de a pie a la que le están pisoteando un derecho legal, pasando ellos primero con su vehículo.

Muchos varones y mujeres, falsamente envalentonados y ensoberbecidos por la incierta protección que sienten al volante, primeramente pasan sin respetar al que cruza pero a los pocos centímetros frenan porque viene un auto circulando por la calle que están a punto de cruzar. Una muestra de cobardía que estremece.

Inmediatamente después del delictivo acto de no respetar al peatón que debió haber cruzado, estos malparidos -probablemente clientes de la Compañía de Seguros cuya fundación previene, samaritanamente, a los peatones a respetar a los automovilistas y esperar hasta que pase el último para, recién después, ejercer su derecho a cruzar- se dedican a lo único que saben de una esquina sin semáforos: chequear que el vehículo que viene por la izquierda respete la prioridad del que circula por la derecha del cruce. Los detalles legales que sólo involucran el vínculo entre automotores sí los conocen esos comemierda.

Si una fundación vinculada a una empresa de esas características, con miles de clientes que aseguran vehículos de todo orden, como automóviles, motocicletas, camiones, ómnibus y utilitarios, le advierte a un peatón que no se esfuerce por hacer cumplir las normas de tránsito y se remita exclusivamente a cuidar su pellejo, estamos hablando de una empresa canallesca, jugando al borde de un paquete de denuncias por incitación al delito.

 

 

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