¿Por qué la celebración de Halloween genera rechazo en gran parte de la población la Argentina y la de otros países de América?
Halloween puede abrir diversos grados de repulsión en algunos países de América, incluida Argentina, por varias razones.
Para comenzar, las diferencias culturales que dispara Halloween, que no se celebra tradicionalmente en muchos países católicos de la misma manera que en los Estados Unidos y otras partes del mundo. Aunque a los Estados Unidos llegó por la inmigración celta, especialmente irlandesa, que -preminentemente- hoy es católica.
¿Por qué – entonces- a los norteamericanos les prendió tanto la celebración?
Pues, porque les gusta más la parte lúdica que la tradicional, que no sólo les resulta aburrida, sino que si preguntamos en una encuesta en los 51 estados de la Unión, la mayoría no tiene idea de qué es Halloween/Samaín, pero les encanta la parte de disfraces, las calabazas asustar a otros y comer golosinas.
Hasta la etapa en la que la Iglesia cayó en un desprestigio calamitoso por su complicidad con las dictaduras, en la Argentina, las tradiciones culturales y las celebraciones religiosas solían tener prioridad sobre Halloween y otras fechas provenientes de culturas externas a la tradición católica-romana-hispánica. Como resultado, la mayoría de la gente veía a Halloween como una festividad extranjera y comercializada, sin alineación con sus valores culturales o creencias religiosas. Y también la población entendía perfectamente la diferencia
El Samaín (Halloween) tiene sus raíces en las tradiciones celtas y paganas. Al paso de los siglos y procurando allanar el camino para una evangelización libre de conflictos, las misiones cristianizadoras católica encontraron una manera de no considerarlo incompatible con sus bases religiosas y fueron buscando la manera de no eliminárselo a pueblo celta evangelizado en Irlanda, encontrando una forma de fusión a partir de la cercanía de las fechas de conmemoración para los Santos y Todos los Difuntos (31 de octubre, 1 y 2 de noviembre).
Si bien no es inherentemente anticatólica, la asociación de la festividad con temas de muerte, fantasmas y lo sobrenatural puede considerarse contraria a las enseñanzas y costumbres católicas. Cuando millones irlandeses emigraron a los estados Unidos, toda la población se prendió a la diversión que significaba tener una fecha anual de esas características.
Por supuesto, dada la característica materialista del país que lo abrazó como celebración invariable, Halloween abrió un universo de comercialización cada vez mayor al paso de los últimos años, con énfasis en disfraces, decoraciones y consumismo. Y, como todo lo que les resulta un buen negocio, lo exportaron, acostumbrados a la respuesta que en una gran cantidad de países sometidos a su propuesta imperial de modo de vida, multiplicando sus ganancias.
Al principio, algunas personas y comunidades pueden rechazar Halloween debido a preocupaciones sobre el materialismo y la percepción de pérdida de autenticidad cultural o religiosa. Pero, al final se dan cuenta de que sólo se trata de una forma más que tiene una parte de la comunidad de transformarlo todo en una fuente de querer pasarla bien, donde a una mayoría les cabe emborracharse hasta perder los sentidos o transformarse en un factor de peligro para los demás.
Existen casos de comunidades que temen por la seguridad general: No es poco frecuente que la gente pensante enfrente preocupaciones sobre la asociación de las festividades con elementos aterradores o con temas de terror para los chicos más chicos. Los padres, en particular, pueden sentir aprensión por la exposición de sus hijos a contenidos aterradores o inapropiados.
Es última obviedad es parte del esquema de educación que enfrenta a quienes quieren mantener la vara educativa en un nivel que garantice los procesos de normales formación de los menores de edad y aquellos quienes no sólo nos les importa un carajo que haya factores de distorsión educativa, sino que lo discuten y hasta lo combaten con argumentos basados en criterios ideologizados que los llevan a acusar de «fachos» a quienes les advierten que hay acciones que no son convenientes para el aprendizaje y psicología de un chico. Por lo comprobado en varias ocasiones, se trata de gente para quienes Jean Piaget nunca debió haber nacido.
Preocupaciones sobre la apropiación cultural: En algunos países, existen preocupaciones sobre la apropiación cultural cuando se trata de disfraces y prácticas de Halloween. Algunas personas sienten que adoptar costumbres de Halloween de otras culturas sin comprender o respetar su significado puede ser una falta de respeto.
Es importante señalar que no todos en estos países rechazan Halloween y hay personas y comunidades que sí aceptan la festividad. El nivel de aceptación o rechazo puede variar ampliamente y, a menudo, se reduce a creencias individuales, preferencias personales y costumbres locales. Además, a medida que las culturas evolucionan y se globalizan, las actitudes hacia Halloween y otras celebraciones extranjeras pueden cambiar con el tiempo.
¿Halloween es un negocio?
Lo raro consiste en hacernos, aún, esa pregunta.
Sin dudas, Halloween se convirtió en una importante plataforma comercial en muchas partes del mundo, a partir de la comprobación de que en los Estados Unidos es un negocio inconmensurable. La festividad ha evolucionado desde sus orígenes históricos y culturales hasta alcanzar a ser una industria multimillonaria con una amplia gama de productos y servicios asociados.
Halloween alcanza la jerarquía de súpernegocio sólo con la venta de disfraces. Hablamos de uno de los aspectos más importantes del lado comercial de esta celebración. Las tiendas especializadas ofrecen una variedad de disfraces que crece todos los años. Es un consumo en el que se sumergen, anualmente, personas de todas las edades.
Las decoraciones de Halloween generan facturaciones explosivas en los Estados Unidos, Gran Bretaña y los países a los que les encanta bailar el minué cultural de otros sin pensarlo demasiado. Incluyen artículos como calabazas, esqueletos, brujas y telarañas. Pero -aparte- existe un mercado creciente de decoraciones para el hogar y el jardín.
Y ni qué hablar de los dulces y golosinas. Por supuesto, hay empresas en la Argentina que están haciendo fuerza para la incorporación definitiva de esta absurda pero divertida fiesta al calendario de la joda nacional. Las golosinas son una parte importante de Halloween. Y no le cuenten a su panadero del barrio, pero en los estados Unidos, también hay un mercado de golosinas especiales y productos horneados.
Todo lo que representan los artículos para fiestas (platos, vasos y adornos) hace crecer sus ventas para esta fecha. Lo mismo ocurre con las casas encantadas, laberintos y otras atracciones, que en los Estados Unidos ya son un negocio lucrativo para algunos emprendedores, que suman sus servicios de Eventos y entretenimiento.
Ganan también las compañías de Marketing y publicidad cuando se dedican a asistir el negocio de las empresas que utilizan Halloween como una oportunidad de crecimiento, creando anuncios temáticos y promociones para atraer clientes.
Insoportable.