Fin de Juntos, ex Juntos por el Cambio, ex Cambiemos. Y no parece un lindo fin.
A la dirigencia toda se la venía viendo como en el pasillo de camarines por el que circulan los artistas que deben cambiar su aspecto varias veces durante una función: Se visten, se maquillan, salen a escena, vuelven, se cambian y se vuelven a maquillar.
Y en ese pasillo, todo el tiempo, se topan unos con otros.
Hasta que alguien les dice -no a todos, claro- que ya no hay que salir más a escena.
Como la Alianza y tantas alianzas.
Son altamente aplicables dos aforismos con los que el editor de este medio, Carlos Allo, suele bromear en el buffet de la redacción:
No hay peor rompecabezas que el que no tiene ni pies ni cabeza y El amigo por alianza, es amigo hasta que se cansa.