Cuando Buenos Aires arma su fiesta anual Chamamé BA, no coincide con el Día Nacional del Chamamé. Y no es capricho. Es que cada año, para el 19 de septiembre, el foco de las celebraciones vinculadas con el género mayor del litoral se centran en la Ciudad de Corrientes, cuna del padre de esa bella música, Tránsito Cocomarola, autor de Kilómetro 11, Puente Pexoa, y otros legendarios títulos de la música a la que el Paraná le brindó su mayor inspiración.
Chamamé BA, entonces, que alguna vez se hizo en la Avenida de Mayo y otras en Figueroa Alcorta y Dorrego, suele organizarse entre los meses de octubre y noviembre.
Aunque en Buenos Aires es posible bailar algo de chamamé en los boliches de música tropical, nada es comparable con la posibilidad de asistir a clases de Chamamé, como las que se brindaban los sábados de 15:00 a 16:30 en Pichincha y San Juan. Hubo un ruidoso antecedente de una buena chamameceada en la Plaza Vaticano, junto a Teatro Colón, en 2018. En 2021 hubo presentaciones de artistas chamameceros en bares notables de Buenos Aires. Ese mismo año, el Centro Cultural Kirchner fue el punto de encuentro de uno de los chamamazos mayores.
Picoteando la ciudad, encontramos clases y puntos de enseñanza en el Salón Rock Sur de Pompeya, donde se trabaja en la preservación de tradiciones folklóricas argentinas. Lo mismo ocurre con el “Rincón del Sapukay”, en el mismo barrio. El conurbano tiene decenas de lugares a los que una inmensa cantidad de gente – en su nayoría muy jóvenes- asiste cada semana y tiene la posibilidad de bailar géneros populares. Pues, las publicaciones especializadas y webs dedicadas a brindar listas de estos lugares no incluyen como opción que en todos esos lugares de entretenimiento se baile Chamamé.
Como el tango y otras danzas argentinas tradicionales, el Chamamé sufre la influencia invasiva de fórmulas musicales mal fusionadas, que universalizan los ritmos hasta hacer un híbrido que unifique, en lo posible, las preferencias en toda América Latina, para poder venderle a muchos el trabajo de pocos artistas que -supuestamemnte- «gusten a todos».
Hoy es el Día Nacional del Chamamé, en homenaje al compositor más emblemático y genial del litoral, Mario del Tránsito Cocomarola Aquino, quien había nacido en San Cosme, Corrientes, el 15 de agosto de 1918 y falleció en la capital provincial el 19 de septiembre de 1974.
Fue un extraordinario músico y compositor. Naturalmente, una de las figuras más influyentes de la música del NEA.
Su repertorio de alrededor de 400 composiciones incluía algunos clásicos como «Kilometro 11», «Puente Pexoa» y «Rincón dichoso» y «Retorno».
En las décadas de 1930 y 1940 fue integrante de «Los hijos de Corrientes», el «Trío típico Correntino», «Los Kunumí» y el «Trío Taragüí». En 1942 grabó su primer disco solista en el sello Odeón
Tránsito no sólo era un cultor de la interpretación de acordeón, el instrumento más importante para acompañar el chamamé, sino que también dominaba la técnica del bandoneón.
Como intérprete dejó su sello en discos y presentaciones en público de los artistas más destacados de los géneros regionales del litoral. Acompaño en chamamés, chamarritas y guaranias a Roque González, Juan Ayala, Antonio Niz, a los dúos Verón-Palacios y Vera-Lucero, y al Trío de Lisardo Cáceres, Evaristo Reyes e Hipólito Argentino Vargas. Algunos cantantes tuvieron el privilegio de contar con Cocomarola en sus grabaciones. Elpidio Miño Verón, Ireneo Ramírez, Alfredo Almeida, Juan Ojeda y Gregorio Molina están en esa lista. También tocó para Julio Godoy y Carlos Ramírez.
Tránsito Cocomarola fue nombrado póstumamente «Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Corrientes». En la provincia, la Ley N° 3278 estableció la fecha de su fallecimiento, 19 de septiembre (1974), como el «Día del Chamamé». En 2024, cincuentenario.