• Diario 5 -Buenos Aires, viernes 3 de mayo de 2024

 

La tendencia a dejar esquinas inundadas por la falta de cuidado en las obras en construcción respecto de los materiales que se filtran hacia las bocas de tormenta, crece y se transforma en una costumbre peligrosa.

Si en la Buenos Aires de los tiempos de  edificar a razón de tres obras por cuadra, se hubiese actuado de esta manera, la ciudad toda habría debido trocar sus costumbres urbanas y aprender -desde cero- cómo se maneja Venecia.

Las construcciones involucran excavación, nivelación y alteración del terreno natural. Estos cambios pueden interrumpir el flujo natural del agua y modificar los patrones de drenaje. Si no se toman las medidas adecuadas para redirigir o gestionar la escorrentía de agua, se puede acumular en la calle y provocar inundaciones.

Ya no es raro que en las obras en construcción se descuide que sedimentos o restos de materiales ingresen al sistema de desagüe pluvial. Da cierta vergüenza caer en la necesidad de tener que explicar que estos materiales obstruyen o bloquean los desagües pluviales, obstaculizar el flujo adecuado de agua durante las lluvias y provoca que el agua retroceda e inunde la calle.

Hay casos peores. Una construcción en un área de suelo expuesto de gran superficie en la que se extiende una cobertura de pavimento temporal o capa impermeable de hormigón o asfalto, no absorbe agua como el terreno natural. Se reduce la infiltración de lluvia en el suelo y fluye más agua sobre estas superficies. El resultado es que en las calles cercanas las inundaciones estén aseguradas.

Algo poco tomado en cuenta son las construcciones que alteran el suelo. Si una obra dispara una compactación o eliminación de la vegetación, naturalmente el suelo compactado tendrá una permeabilidad reducida y no podrá absorber el agua de manera efectiva. En estos casos, también, la lluvia que habría sido absorbida por el suelo natural fluye sobre una superficie que contribuirá alegremente a la inundación de las calles.

¿Las obras en construcción deben tener sistemas de drenaje temporales?

Sí.

¿Por qué?

Porque si estos sistemas son incompletos o no están diseñados o mantenidos adecuadamente, con tanta cantidad de material nuevo, piso sobre piso, la acumulación de agua en una lluvia fuerte superará la capacidad de manejar los drenajes. Siempre el resultado terminaría siendo la acumulación de agua y las inundaciones en las calles cercanas.

Para que las obras siempre implementen prácticas adecuadas de decantación de aguas pluviales, incluida la instalación de barreras de sedimentos, medidas de control de la erosión y sistemas de drenaje bien diseñados, el control de las ciudades debe estar siempre respirándoles en la nuca.



 

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