Las históricas verbenas que en Buenos Aires tenían lugar en instituciones españolas, ya no abundan. El día de San Fermín era una acostumbrada celebración en el Centro Navarro y otras entidades que solían nuclear a inmigrantes españoles.
Pasada la etapa en que esta fiesta se realizaba en los propios clubes de la colectividad navarra, se reproducía los 7 de julio en los diversos restaurantes de corte hispano.
En el contexto del día de San Fermín, una «verbena» se refiere a una fiesta en las calles de Pamplona, la legendaria capital de Navarra. San Fermín es un festival de una semana que se celebra en honor a San Fermín, el patrón de Pamplona, y es más famoso por el «Encierro de Toros».
Durante las fiestas de San Fermín, las calles de Pamplona cobran vida con diversas actividades y eventos, y uno de los más destacados es la verbena. La verbena es una fiesta callejera tradicional donde la gente se reúne para disfrutar de la música, el baile, la comida y la bebida. Por lo general, tiene lugar por la tarde y continúa hasta altas horas de la noche.
Las calles se llenan de gente dispuesta a festejar. Tanto lugareños como turistas, se dan cita para disfrutar del ambiente festivo. Siempre hay actuaciones de música en vivo, bares al aire libre y puestos de comida que ofrecen cocina y bebidas tradicionales españolas.
La verbena es la esencia propia de San Fermín: las personas socializan, bailan y se divierten en grande. Se trata de la pura tradición en Pamplona.
Buenos Aires tuvo más de un siglo de reflejo de esta gran fiesta que, aunque no incluye a los toros, daba la oportunidad a que la población se sumara al nostálgico encuentro de inmigrantes y ofrecía a todos los porteños la oportunidad de aprender sobre esta encantadora cultura.
Ya no se observa en Buenos Aires.