• Diario 5 -Buenos Aires, martes 5 de noviembre de 2024

Al proyectar un edificio, conservando el frente antiguo completo, aquí hay algunos pasos para considerar, como realizar algunas investigaciones y obtener una documentación lo más completa que se pueda sobre la construcción ya existente.

Conocer a fondo la historia y las características arquitectónicas del frente antiguo es el punto que puede dar mucha tranquilidad a la hora de iniciar la obra. Muchas fotografías, medidas y notas detalladas para asegurarse de tener una comprensión completa del diseño son las claves.

En este tipo de trabajo no sólo participan los servicios de arquitectos e ingenieros. En general, en las grandes ciudades del mundo en las que se encara este tipo de obra, se consulta a especialistas en conservación con experiencia en la renovación e integración de elementos modernos con estructuras históricas. Pueden proporcionar información valiosa y orientación durante todo el proceso.

Cuando la construcción moderna se monta sobre la parte histórica, lo más comprometido de la ingeniería es la evaluación de la integridad estructural. En esos casos, se realiza una evaluación exhaustiva de la estructura del frente antiguo, hasta obtener la certeza de que pueda soportar cualquier modificación o adición requerida para el edificio moderno mientras mantiene su estabilidad y seguridad.

Hay casos como el de Piedras y Av. Caseros, en el que no hay una obra montada sobre otra, sino que se realiza una construcción sobre el centro del terreno, detrás de la fachada antigua y a la que se le dejará su base estructural y se la terminará restaurando.

En cuanto a la Integración del diseño, entra en juego el gusto. Primero, el del profesional que propone el trabajo, idea por idea. Luego el de los interesados en el inmueble. Sea para vivir allí o para que se su lugar de trabajo u otras actividades. En esto prima al 100% la creatividad arquitectónica, que buscará integrar a la perfección el edificio moderno con el frente antiguo. Aquí deben tomarse en cuenta factores como la escala, los materiales y los estilos arquitectónicos para crear una transición armoniosa entre los elementos antiguos y los nuevos.

Si el frente antiguo requiere algún trabajo de restauración o conservación, es bueno que aparezca en escena el arte y la artesanía. Sobre todo su están vinculados a la conservación de edificios históricos. La limpieza, reparación de las características dañadas y la sustitución de cualquier elemento deteriorado manteniendo la estética original no son trabajos de albañilería estándar.

No suele ser conveniente encarar estilo de amalgamas cuando se hacen necesarias ciertas modificaciones estructurales en el frente antiguo para acomodar el nuevo edificio. En caso que tomar tal compleja decisión, los ingenieros deberán garantizar que estas modificaciones se realicen con cuidado y con un impacto mínimo en la estructura original.

En cuanto a la construcción del edificio moderno, en la mayoría de los casos se construye el edificio moderno detrás o alrededor del frente antiguo respetando los planos de diseño aprobados. Durante el proceso de construcción se debe supervisar con mucho celo y de cerca el trabajo de las maquinarias, para evitar cualquier daño a la fachada histórica.

Respecto de los detalles durante la fase de integración, se recomienda que la transición entre el frente antiguo y el edificio moderno sea suave y visualmente atractiva. Existen muchos materiales complementarios y elementos arquitectónicos para crear un diseño cohesivo.

Cuanta más documentación haya del edificio original, mejor, Y en cuanto a lo permisos, todo será más sencillo y fluido si el inicio del proceso incluye fotografías y dibujos arquitectónicos que hagan referencia al significado de la obra que combinará lo histórico con las formas actuales de construcción.

La práctica de integrar edificios modernos con fachadas antiguas o históricas se usa en varias partes del mundo. Se emplea en áreas urbanas de preservación del patrimonio arquitectónico y al mismo tiempo se adapta a las necesidades contemporáneas de desarrollo y funcionalidad.

Las ciudades con ricos antecedentes históricos y legados arquitectónicos, como París, Londres, Nueva York y Berlín, han visto numerosos ejemplos de edificios modernos construidos detrás o alrededor de fachadas históricas. Esta técnica, aparte de preservar el valor cultural y estético de las estructuras existentes, e introduce nuevos estilos arquitectónicos y suele sorprender con nuevas comodidades.

En algunos casos, se conservan y restauran cuidadosamente paisajes urbanos completos o distritos históricos, con edificios modernos integrados a la perfección en el tejido del área. Buenos Aires viene probando con éxito este método: el objetivo tiene como condición mantener el carácter y el encanto del vecindario, mientras se obtienen diseños estéticamente compatibles, con total aplicabilidad a la forma del Siglo XXI.

 

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