El motivo por el que la empresa que está realizando los trabajos en la vereda puso un cartel en el que indica la conducta que debe adoptar un ciclista, es porque hay mucha experiencia de ver personas de todas las edades y de cualquier sexo, circular en bicicleta por la vereda, con el riesgo que conlleva compartir el espacio con los peatones.
Personas con chicos, con mascotas, cargadas con bolsos o movilizándose con dificultad física, no tienen que estar pendientes de ningún cuidado extra por el peligro que significa que un descerebrado pedalee en la vereda.
Cuando la normativa pase a ser que esta contravención sea fuertemente multada, adiós a estas molestias para los peatones. El cartel de «Descienda de la bicicleta» es tan claro que no requiere mayores explicaciones previas a cobrarle al ciclista que se hace el distraído, una módica multa mínima equivalente a medio sueldo básico, con opción a ser incrementada, conforme se vaya comprobando el crecimiento de la falta cometida por el ciclista.