• Diario 5 -Buenos Aires, lunes 18 de septiembre de 2023

Un combo para estar al día

El Noti de Tripa arranca con una persecuta relunga y el engayole de motochorro que circulaba con una 110 centímetros cúbicos, obviamente, afanada. El cacus, 21 años de edad, curtía panchamente la General Paz con una Honda Wave que se le había quedado pegada. Ocurre que la moto estaba denunciada por robo. El Anillo Digital de la Policía de la Ciudad aportó todo para que el ganso termine con su raíd. Y en Lugano, fue. Y fue en cana, super obvio.

Una de Apuestas. Y en la misma zona: juego clandestino en kiosquito de Villa Lugano. Acá, la Poli la tuvo más fácil: integró el procedimiento en un kiosco de Murguiondo 3447. Fue un laburo conjunto con el Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal porteño. Quizás, los cusifachos aspiraban a elevar el roñosito bolichín llamado «Buenas Ondas», a un nivel tipo Hotel Caesar de la Vegas. Bueno,  quedaron tras las vigas. Por algo se empieza.

El que sigue es de no creer: Todo arranca por “Averiguación de delito”. Evidenciaba el botín como un nene que hace una travesura en el jardín de la abuela, pero se trataba de un Robarruedas, demasiado equipado por ser «autónomo». Por lo que se sabe, el chorizón andaba con ruedas robadas y hasta con las “herramientas de trabajo” con las que afanaba autopartes. Fino el tipo, 32 pirulos, operaba en una linda zona de Villa Pueyrredón. Los de la Comi Vecinal 12 B de la Poli porteña, andaban por la Av. Salvador María del Carril, alta calle. A la altura del 3000 vieron a un chabón al que sólo le faltaba el antifaz de los ladrones dibujados por Walt Disney. Transportaba una bolsa de consorcio casi imposible de cargar por su peso. Era tan obvio todo, que los policías se vieron tentados de reírse ante el ridículo “cazador” de repuestos. El tipo robaba y luego no sabía cómo hacer para llevarse el botín. Quedó pegado como con engrudo.

Una Captura muy esperada: la del cabecilla de la banda de la entraderas en Retiro. El pirulo cayó en Barracas. Ningún nene de pecho: estaba prófugo de la Justicia desde agosto de 2022 después de colarse, con sus secuaces, entraderas en edificios de departamentos con apariencia de poder encontrar allí gente con cash. Se habían mandado una en Retiro. Al gran líder lo hizo caer la División Investigaciones Comunales 1 Norte. El zochori se venía fugando y fugando hasta que, por fin, se lo pudo invitar a sacarse una hermosas fotos de frente y perfil. No tardarán en acompañarlo su lugarteniente y los mamones subalternos.

Otro grupete especializado en cometer entraderas es el de los tres chilenos que agarraron en la calle Valdenegro al 2500. Planeaban «visitar a varios amigos» en dos edificios, allí en Villa Urquiza. Confiados, los afanancios estimaron que el 911 es un número que nadie en Villurca iba a recordar. A los güevones los barrió la División Investigaciones Comunales 12 de la Policía de la Ciudad.

Ingresamos ahora en casos algo más grossos de estafa. El primero se trata de los «Reyes del Rulo Financiero»: Hubo tres allanamientos realizados por la cana. Se incautaron unos 180.000 dólares y valores múltiples en monedas gringas. Era una asociación ilícita de al menos dos detestables caballeros que maniobraban en el exterior: Conseguían dólares a valor oficial y luego los vendían en el Blue. En esta movida apareció don Eugenio: “Quiero destacar el gran trabajo de la División Lavado de Activos y Delitos Aduaneros de la Policía de la Ciudad y también la gran articulación con la Justicia para desbaratar, luego de una ardua investigación, esta asociación ilícita que se dedicaba a ganar plata de forma fraudulenta”, se jactó el ministro Burzaco.

Otros estafadores guardados: los de la concesionaria fantasma. Un currazo de 150 millones de pesos. La investigación duró un año y medio. Engañaban a potenciales compradores de autos desde empresas registradas en su propia saraza imaginativa. Fueron en cana dos cacatúas, tras tres allanamientos en Lugano. Lo peor es que hay una escribanía involucrada. La titular podría enfrentar un juicio demoledor.

También están vigentes los «vendesemáforo clásicos», es decir, los viejos operadores del «Cuento del Tío», cultores de la película Nueve Reinas. Hubo seis allanamientos, hasta que la Policía de la Ciudad detuvo a dos garquetas que le robaron dinero y joyas a una mujer con una de las tantas fórmulas variables de engaño que se mantienen “vigentes”. Parece que uno de estos goodfellas ya estaba listo para tomarse el palo. Lo cacharon en el Aeropuerto de Ezeiza. La División Investigaciones de Organizaciones Criminales de la Policía de la Ciudad les incuató joyas, guita variada, alhajas de oro, tres autos y muchos accesorios que los basurones usaban para simulacro, incluido vestuario especial. Tenían una logística tipo “Los Simuladores” pero con objetivo de choriceo.



 

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