Se está apuntando a un esfuerzo colectivo para frenar los contagios. Y esto incluye a todos los municipios de AMBA.
La parte más importante del plan es la primera: Evitar que este mosquito se siga reproduciendo.
Este año, el brote está dejando un saldo (parcial) de casi 3.500 casos en la Ciudad de Buenos Aires. Ocho son graves y pelean por su salud.
En las zonas donde desde se detectan casos positivos, hay operativos de fumigación.
El segundo objetivo es evitar la cría de nuevos mosquitos, que -como sabemos- ponen sus larvas en lugares oscuros con agua estancada o humedad extrema.
Y allí donde es imposible evitar la acumulación de agua, se colocan larvicidas para eliminar los huevos.
Finalmente, se trabaja sobre los contagios: Equipos sanitarios visitan viviendas señaladas como focos, para detectar nuevos casos entre las personas con fiebre.
Al llamar al 147 y dar aviso, se pone en marcha el protocolo para la desinfección.