Soriano, inolvidable

Osvaldo Soriano había nacido en 1943 en Mar del Plata. Estamos hablando de uno de los escritores de mayor sensibilidad para tratar la amalgama de las vidas política, social y económica de la Argentina.

Soriano es muy conocido por las adaptaciones cinematográficas de varias de sus novelas, especialmente No habrá más penas ni olvido (1980), que utiliza el microcosmos de un pequeño pueblo en el provincia de Buenos Aires como escenario de los sangrientos conflictos internos del Partido Peronista durante su breve retorno al poder (1973-1976). Los hechos narrados en la novela se convierten en una alegoría de la violencia sociopolítica argentina y de las fuerzas irracionales pero letales que desata.

Cuarteles de invierno (1982) —la versión cinematográfica protagonizada por el actor, psiquiatra y dramaturgo Eduardo Pavlovsky, cuyas propias obras constituyen una entrada destacada en la cultura argentina contemporánea— se centra en el ejercicio arbitrario del poder violento como otro ejemplo microclimático (también tiene lugar en un pueblito pampeano) de una constante en la historia y la vida argentina.

Osvaldo, como un ejemplo significativo de la generación de escritores que surgió en Argentina durante la tiranía neofascista del período 1976-1983, ha mostrado un talento particular para usar una voz narrativa teñida de un intenso humor negro para describir a los hombres comunes (su mundo narrativo). es decididamente sexista) enredada en un proceso político terriblemente violento. En su primera novela, Triste, solitario y final (1976), un mordaz ataque a la cultura estadounidense es una condena oblicua a la dependencia cultural argentina.

Soriano tuvo una doble pena ante la trágica muerte de Alberto Olmedo. Aparte del dolor propio que por la pérdida del actor afectó a una inmensa porción de la población argentina, hacía poco tiempo que «el gordo» (como lo llamaban sus amigos de la redacción de Página 12) se había enterado de la propuesta que Héctor Olivera y Ayala le habían hecho al legendario capocómico para protagonizar la película basada en su novela «El Ojo de la Patria».

Este maestro mayor de la Literatura Argentina, falleció en Buenos Aires hace 26 años, el 29 de enero de 1997, en medio de la conmoción que, en la opinión pública, causó el crimen del reportero gráfico José Luis Cabezas.