El Canal, aparte de los incontables problemas técnicos que demuestra todos los días, como cuando se le queda una imagen congelada durante una hora y media o cuando se oyen los audios saturados en sus tandas y hasta la molesta reverberación en la locución de los informes dentro de sus informativos, sorprendió a todos con una irrespetuosa manera de llenar el tiempo de su transmisión ante la falta de contenidos.

Arrancamos con la trampita infantil de corregirle el título a las producciones muy vistas: Net TV presentó con el nombre de «Clara» (así, a secas) a la producción llamada «Clara y Francisco». Innecesario.
Tanto en Clara y Francisco, emitida en la tarde-noche del sábado 24 de diciembre como en el film Madre Teresa, puesto en el aire en la tarde del domingo 25, se apeló a un artilugio de «relleno» nunca antes visto en la televisión. Se trató del «rebobinado» de los largometrajes, de tal manera que el público se vio obligado a volver a mirar escenas que habían pasado por la pantalla minutos antes. No conformes con establecer esta traicionera manera de «ganar tiempo» durante la proyección y plantar la duda sobre un improbable error de edición, lo hicieron -aunque parezca mentira- cinco veces durante la película.
Si bien en la programación del sábado, se observó este incidente como una rareza televisiva, terminamos desembocando en la indulgencia natural de comprender que podría tratarse de ese eventual inconveniente técnico de orden específicamente digital. Por supuesto que resultaba extraño, desde el primer momento, que el filme dedicado a la vida de Santa Clara de Asís tuviera, durante su proyección, un salto hacia atrás en el tiempo y que -a su vez- invadía el tiempo del televidente. Pero parece que alguien dijo: «si pasa, pasa». Y pasó.
Al día siguiente, en la tarde de Navidad, Net TV apeló a la proyección de otra película vinculada con la vida cristiana: «Madre Teresa». La biopic de la legendaria monja de Calcuta muestra, entre otras muy valiosas, una escena fuerte en la que las autoridades municipales de la famosa ciudad de la India llegan al predio donde se está construyendo su tan ansiada «Ciudad de Paz». Allí, en medio de una fuerte tensión, tres palas mecánicas comienzan a derrumbar las paredes recién levantadas. Siete minutos más tarde, la escena de la demolición reaparece en pantalla. Y cuando el avance de secuencias pareció normalizarse, tras varios cortes publicitarios, unos 42 minutos más tarde, increíblemente, Net TV regresó el tiempo de proyección de la película y la rebobinó -de nuevo- hasta la escena en que las autoridades de Calcuta venían a demoler la pared.
Ya no había dudas: Net TV estaba estirando el film para ajustar su programación y lo hacía en perjuicio del televidente. Lo estaba tomando por tonto. Incluso, luego de los «regresos» descriptos, avanzada la proyección hubo dos alteraciones más en el tiempo de proyección, haciendo que se vea cuatro veces la escena de la Madre Teresa ingresando por la puerta trasera del edificio, para recibir el Premio Nobel de la Paz.
La burla del canal de televisión al público que eligió ver las películas que se proyectaban en el fin de semana, tiene connotaciones complementarias: como se trataba de la Navidad, alguien tomó la decisión de no poner al aire las novelas sobre narcos con las que acostumbran a llenar su tiempo televisivo, probablemente porque consideraría que para estas fechas, ese contenido natural de Net TV no era acorde. Pues bien debe saber su producción, sus autoridades y toda persona vinculada a este medio de comunicación, que ese habitual contenido que ponen al aire los fines de semana nunca es acorde para nadie. Y justo la primera vez que decidieron proyectar películas con guiones de calidad superior, no tuvieron mejor idea que tomar a su propio público de rehén para que «le den los tiempos», agregando pedazos del mismo filme que estaban poniendo al aire, probablemente para no gastar demasiado dinero en derechos y sumar otro contenido.
Habría sido muchísimo más digno pasar dos veces la película, como si se tratara de dos turnos de un cine en continuado. De hecho, varios canales de cable de renombre adoptaron alguna vez ese método, siempre anunciándolo previamente, por supuesto.
La acción de Net TV no sólo fue un acto de traición a su audiencia. También llama la atención lo berreta de su canallada.