La celebración de hoy, en Parque Chacabuco, cierra las jornadas de Novena y Fiestas Patronales, frente a la Basílica, de Curapaligüe 1185.
El 27 de noviembre es la fecha en que se conmemoran hechos muy significativos en la Iglesia Católica
La Medalla Milagrosa es el nombre que la devoción popular católica de una medalla creada a raíz de los hechos de 1830, en el 140 de la rue du Bac, en París.
Catalina Labouré, monja novicia del convento de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, le dijo a su confesor, el padre Aladel, que había visto a la Virgen María.
Esta medalla fue acuñada por expreso pedido de la Madre de Dios, realizada durante la segunda aparición del 27 de noviembre de 1830, como testimonio de amor, prenda de protección y fuente de gracia.
María, Medianera de todas las gracias, da muchas gracias, pero no las pedimos bastante.
Durante esta novena, podemos hacer una petición especial a la Virgen María. La Virgen concebida sin pecado es fuerte como un ejército dispuesto para la batalla, protege a sus hijos de todo mal.
Es la propia Catalina quien nos hará revivir lo que vio, escuchó y experimentó.
Primer día de la novena – Primera aparición, 27 de septiembre “¡Venid al pie de este altar! »
En 1830, la noche anterior a la fiesta de San Vicente de Paúl, fundador de las Hijas de la Caridad, el 27 de septiembre, la Madre de Dios se apareció a la joven novicia Catalina Labouré en la capilla de las hermanas, rue du Bac, en París. . .
Catalina tenía un gran deseo de ver a la Santísima Virgen. Estaba segura de que iba a verla.
Alrededor de las 11:30 p. m., su ángel de la guarda llama tres veces a Catherine, que parece un niño de cuatro años, todo radiante de luz. La acompaña al altar de la capilla y le pide que se prepare para ver a la Reina del cielo y de la tierra.
Entonces escucha “como el susurro de un vestido de seda”. Su pequeña guía dice: “¡Aquí está la Santísima Virgen!”. Ella duda en creer. Pero el niño repite en voz más alta: “¡Aquí está la Santísima Virgen! Catalina corre a los pies de la Santísima Virgen sentada en un sillón y apoya sus manos sobre las rodillas de la Madre de Dios.
“Ahí pasó un momento, el más dulce de mi vida. Sería imposible para mí decir lo que sentía. Hablé mucho tiempo con la Santísima Virgen, como con mi madre. Me dijo cómo debía comportarme con mi confesor y varias cosas más.
La Santísima Virgen me anunció que desgracias de todo tipo iban a descender sobre Francia y el mundo. Pero ella señaló el altar donde descansa el tabernáculo y dijo: “Venid al pie de este altar. Allí, las gracias serán derramadas sobre todas las personas que las pidan con confianza y fervor. Llegará un momento en que el peligro será grande, creeremos que todo está perdido. Estaré contigo. Oí la voz de la Santísima Virgen ahogada en sollozos al anunciarme que la cruz de Jesús será despreciada y que habrá muchas muertes y tristezas en todo el mundo. »
Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, siempre estás a nuestro lado, especialmente en los momentos tristes. Mira mi alma con misericordia, hazme saber hablarte como una madre llena de amor. Confío en ti, tómame de la mano para superar los momentos difíciles. Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. – Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡Amén!
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre-
Segundo día de la novena – Segunda aparición, 27 de noviembre, María, Mediadora de todas las gracias
El 27 de noviembre de 1830, la Santísima Virgen se apareció de nuevo a Catalina en la capilla.
Esta vez, son las 17.30 horas, durante el gran silencio de las novicias.
Tenía un deseo muy grande de volver a ver a la Santísima Virgen. Escuché el susurro del vestido de seda que avanzaba. Vi a la Santísima Virgen de pie sobre el medio globo terrestre, aplastando con sus pies a la serpiente.
La Santísima Virgen tenía un rostro tan hermoso que me sería imposible decir su belleza, tenía un vestido de seda blanca aurora (…) su cabeza cubierta con un velo blanco que bajaba a cada lado hasta sus pies.
Llevaba una pelota en sus manos. Tenía anillos en los dedos con piedras preciosas de las que salían rayos de luz.
La Santísima Virgen me explicó que la pelota representa el mundo entero, Francia y cada persona. Los rayos son el símbolo de las gracias que otorga a quienes se las piden.
Las gemas de las que no sale ningún rayo son las gracias que no se le piden. A la Santísima Virgen le encanta que le recen, es muy generosa con los que le rezan.
Ella está feliz de dar las gracias solicitadas.
María, quisiste recordarnos la lucha que se debe librar en toda vida cristiana contra lo que ataca nuestro corazón, es decir, el pecado, simbolizado aquí por la serpiente (Gn 3,1).
Pero vosotros estáis ahí, en las actuales desolaciones del mundo y de la Iglesia, obtened para mí las gracias que os pido: la fuerza, el valor para buscar y defender la verdad; respetar a los demás en nuestras relaciones, demostrando así el amor al prójimo.
Oh Virgen Santísima, sé mi protección contra los ataques del enemigo infernal, obtén para mí las gracias que te pido y sobre todo inspírame a pedirte las gracias que más quieres darme.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. – Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡Amén!
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
Tercer día de la novena – Segunda aparición, revelación de la medalla
Catalina ve formarse un óvalo alrededor de la Virgen con las palabras:
“Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Nuestra Señora me pidió que hiciese acuñar una medalla, según este modelo . Me dijo que todas las personas que la lleven al cuello recibirán abundantes gracias, según su confianza.
La medalla luego dio la vuelta y en el reverso distinguí la letra «M», la inicial de María, coronada por una cruz, así como los Corazones de Jesús y María.
El Corazón de Jesús fue rodeado de espinas, el Corazón de María fue atravesado por una espada.
La inicial de tu nombre, oh María, está bien colgada en la cruz de tu divino Hijo, lo que significa que nunca has dejado de colaborar en su misión de Redentor. Es al pie de la cruz que Jesús os confió la misión de convertiros en Madre de todos los hombres.
Gracias, oh María, por recordarnos que debemos volvernos a tu Hijo Jesús para convertirnos en hermanos y hermanas capaces de amarnos unos a otros.
Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. – Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡Amén!
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
Cuarto día de la novena – Tercera y última aparición
En el mes de diciembre de 1830, durante la oración en la capilla, al final de la tarde, Catalina escucha de nuevo un susurro, esta vez detrás del altar.
Todavía sostiene en sus manos una pelota que representa el mundo, coronada por una pequeña cruz. La pelota representa a cada país, a cada persona y al mundo entero que ofrece al Señor.
Nuevamente salen rayos de los anillos y piedras preciosas que están en sus dedos. La Santísima Virgen le dijo: “Estos rayos son el símbolo de las gracias que la Santísima Virgen obtiene de quienes se las piden… Ya no me verás”.
Gracias, María, por recordarnos que Dios ama personalmente a cada ser humano. Gracias por recordarnos que nos llevas como una madre lleva a su hijo con tanto amor y preocupación. Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. –
Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡Amén!
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
Quinto día de la novena – La medalla obra milagros de curación
Finalmente, después de mucha resistencia, se acuña la medalla con el acuerdo del obispo. Ya han pasado dos años desde que la Santísima Virgen se apareció a Catalina.
Inmediatamente se reparten las medallas. Una epidemia de cólera cobró muchas víctimas en ese momento. Pero los que llevan la medalla se salvan o se curan milagrosamente.
Rápidamente fue apodada «la medalla milagrosa». Pero no es un objeto mágico, es la Santísima Virgen que hace milagros para quienes usan su medalla con confianza y amor.
Llevar la medalla al cuello es ponerse bajo la protección de la Santísima Virgen. Es afirmar que amamos a la Santísima Virgen y que ella nos ama.
Oh Virgen Santísima, mi buena madre del cielo, tu presencia me tranquiliza y me da confianza en ti. Puedo ver los milagros que estás haciendo por mí. Le agradezco.
Vuélveme a obtener las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
– Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
¡Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo.
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
Sexto día de la novena – La medalla cura las almas
La medalla no solo cura el cuerpo, sino que sobre todo cura el alma. Ella convierte, ablanda los corazones.
Esta es la historia de una de las primeras conversiones:
Un soldado del hospital de Alençon estuvo al borde de la muerte. Dijo cosas terribles contra Dios y se negó a prepararse para ir al cielo. Una hermana pone una medalla junto a su cama, mientras duerme.
Al despertar, exclama mirando en dirección a la medalla: “¿Por qué se colocó una luz allí? Sin embargo, no había luz, solo estaba la medalla. Poco después añade: “¡Dios mío, ten piedad de mí! »
Luego pide a un sacerdote que se confiese y así obtener el perdón de sus pecados. Durante los siguientes dos días, sostuvo una pequeña cruz y la medalla en sus manos, ofreciendo valientemente sus sufrimientos a Dios.
Dijo, antes de morir en paz: “Lo que me duele es haber amado al Buen Dios tan tarde y no amarlo más. »
Diez años después, ya se han producido cien millones de medallas.
Gracias Santísima Virgen por todas las curaciones, las conversiones, las protecciones que das a los que llevan tu medalla con confianza y amor, en Francia y en todo el mundo.
María, mi Madre dulcísima, quiero amarte y hacerte amar.
Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. –
Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡Amén!
Padre Nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
Séptimo día de la novena – Un gran milagro de la medalla, la conversión de Ratisbona,
Alphonse Ratisbonne es un joven judío de Estrasburgo, de una familia importante. Tiene todo para ser feliz. Es rico, joven, inteligente y pronto se casará. Después de su matrimonio todo está planeado para que comience a trabajar en el banco de su tío.
Solo le molesta una cosa, su hermano mayor se ha hecho sacerdote. Es hostil con su hermano y se burla de los católicos. Se va de viaje a Italia y conoce a Theodore, un católico. Lo desafía a usar la medalla durante una semana y recitar la oración «Recuerda» todos los días.
Siempre para burlarse, Ratisbona acepta. Cinco días después, los dos amigos entran en una iglesia. Theodore deja Ratisbona por un tiempo porque tiene que hablar con alguien en la sacristía.
Cuando sale, encuentra a Ratisbona, arrodillada ante un pequeño altar, con el rostro bañado en lágrimas. Tiene dificultad para hablar debido a su emoción. Se tira de la medalla que lleva colgada del cuello y la besa varias veces, llorando afectuosamente. Él exclama:
“¡Oh, qué feliz soy! ¡Qué bueno es Dios, qué plenitud de gracia y de felicidad! ¡Que los que no saben sean dignos de lástima! »
En efecto, la Santísima Virgen se le acaba de aparecer en el altar, como está en el medallón, muy hermosa, llena de majestad y de bondad. ella es brillante Hizo un gesto a Ratisbona para que se arrodillara. Ella no le habló, pero él entendió todo.
Decide bautizarse para convertirse en católico. El día de su bautismo, Alphonse añade el nombre de pila de Marie al suyo. Se hará sacerdote católico y dedicará toda su vida a la oración ya hacer el bien a su alrededor, trabajando especialmente por la conversión de los israelitas.
Gracias muy hermosa y santa Virgen María por protegernos con tu inmensa bondad
María, tu Corazón unido al de tu Hijo nunca deja de decirnos de nuevo la grandeza del amor de Dios por cada uno de nosotros. Pero tu Corazón traspasado por una espada y el de Jesús coronado de espinas nos recuerdan que no es fácil amar.
Amar de verdad requiere que cada uno de nosotros tome decisiones y, por lo tanto, pase por una muerte segura para pasar por amor. María, consíguenos ese amor.
Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. –
Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡ Amén !
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Octavo día de la novena – La medalla protege contra el mal
Durante los trágicos episodios de la Comuna, muchos sacerdotes fueron fusilados. Las hermanas arriesgan sus vidas varias veces. Pero Catalina tiene confianza en la Santísima Virgen. De hecho, ella pasa a través de los peligros al distribuir las medallas, incluso a los más malvados enemigos de la fe.
Marie , tu medalla no es sólo un regalo que recibir, es también una misión que cumplir. Nos invitas a descubrir en los demás la presencia activa de Dios en sus corazones y en la vida de nuestros hermanos y hermanas.
Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. –
Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
¡Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo.
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, ¡te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo. ¡ Amén !
Noveno día de la novena – Explicación de la medalla
La Santísima Virgen está de pie sobre el globo terrestre. Esto quiere decir que ella es nuestra Madre Celestial, pero también que es la Reina de la tierra y de todo el universo.
Ella aplasta una serpiente bajo su pie. Es el diablo quien trata de dañar a las personas y llevarlas al infierno. La Santísima Virgen es mucho más poderosa que el demonio y lo aplasta fácilmente. Ella protege a todos sus hijos que le rezan con confianza.
De sus manos salen rayos de luz que son tantas gracias como ella obtiene para quienes se las piden. Las gracias son ayudas que recibimos gratuitamente de Dios. Nos hacen amigos suyos haciéndonos partícipes de su vida.
Debemos recitar a menudo la oración: “¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti! En el reverso de la medalla, la M mayúscula
representa a María, nuestra Madre celestial.
La cruz es la de Jesús, que murió por nosotros.
Al pie de la cruz, por tanto, está María, que sufre y nos ama en plena unión con Jesús.
Las doce estrellas son la corona de la Santísima Virgen que representa su poder sobre toda la creación. Todo lo que le pide a Dios, lo obtiene.
Lado a lado, están los dos Corazones de Jesús y María. Pequeñas llamas salen de estos corazones, arriba, para indicar que están ardiendo de amor por nosotros.
A la izquierda el corazón de Jesús está rodeado por una corona de espinas y sangra por una herida. Es por nuestros pecados. Para redimir nuestros pecados, fue coronado de espinas, su corazón fue traspasado con una lanza. Murió en la cruz.
A la derecha, el corazón de María está atravesado por una espada que representa todo el dolor que experimentó siguiendo a su Hijo durante la pasión. Ella ofreció sus sufrimientos, en unión con los de Jesús, para que pudiéramos ser salvos e ir al cielo.
Oh Santísima Virgen, oh Madre mía, pide a tu divino Hijo todo lo que mi alma y la humanidad necesitan para establecer el Reino de Cristo en la tierra.
Consígueme las gracias que te pido e inspírame sobre todo a pedirte las gracias que más me quieras dar.
¡Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti!
Oraciones diarias
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Creo en Dios
Oración al Espíritu Santo
¡Ven, Santificador y Guardián de la Iglesia!
¡Ven y da un solo corazón y una sola alma a tus fieles!
¡Ven y enciende nuestra devoción fría y estéril!
¡Ven y disipa las tinieblas de la impiedad esparcidas sobre la tierra!
¡Ven y guíanos a todos por el camino de la vida recta!
¡Ven y enséñanos en toda la verdad!
¡Ven, sabiduría inaccesible y por los caminos que sabes sálvanos!
¡Ven, Consolador, Espíritu Santo, y habita en nosotros!
Oración a Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
¡Oh Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, que te apareciste a Santa Catalina Labouré como Mediadora de todas las gracias, escúchame, te lo imploro!
Pongo en tus manos maternas todas mis intenciones, todos mis intereses espirituales y temporales.
Te encomiendo la gracia que me atrevo a solicitar de tu bondad, rogándote humildemente que hables de ello a tu divino Hijo y le pidas que me escuche, si esta gracia que imploro es en verdad conforme a su voluntad y al bien de mi alma.
Dígnate, oh Virgen Poderosa, bajar tus manos hacia mí, envolverme en tus rayos de gracias para que a la luz y al calor de estos rayos, mi alma emerja de las cosas de aquí abajo, se purifique y camine gozosa siguiéndote, hasta el día en que me recibirás en la puerta del cielo.
Padre nuestro, 10 Ave María, Gloria al Padre
OTROS ASPECTOS VINCULADOS A LA MEDALLA MILAGROSA
Letanías de la Inmaculada de la Medalla Milagrosa
Estas Letanías fueron distribuidas por el Padre Aladel, confesor de Santa Catalina Labouré. Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Jesucristo, escúchanos. Jesucristo, escúchanos. Padre celestial, que eres Dios, ten piedad de nosotros. Redentor Hijo del mundo, que eres Dios, ten piedad de nosotros. Espíritu Santo, que eres Dios, ten piedad de nosotros. Santísima Trinidad, que sois un solo Dios, ten piedad de nosotros. Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti Oh María sin pecado concebida, objeto de las predilecciones del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,…
Oh María concebida sin pecado, toda hermosa y sin mancha,…
Oh María concebida sin pecado, preservada de la triple concupiscencia,…
Oh María concebida sin pecado, santuario de la Sabiduría encarnada, edificada con sus manos,…
Oh María concebida sin pecado, modelo de vida de fe, …
Oh María sin pecado concebida, Madre de la dulce esperanza, …
Oh María sin pecado concebida, Madre del hermoso Amor, …
Oh María sin pecado concebida, Virgen desprendida de todos, …
Oh María concebida sin pecado, asiento de la prudencia cristiana, …
Oh María concebida sin pecado, espejo de perfecta justicia, …
Oh María concebida sin pecado, torre de la verdadera fuerza, …
Oh María concebida sin pecado, amanecer sin nubes del más hermoso de los días,…
Oh María sin pecado concebida, nueva Eva, prometida a nuestros Padres de aplastar la cabeza de la antigua serpiente, …
Oh María sin pecado concebida, alegría de Israel, cuyo nombre está tan lleno de dulzura y bendición, …
Oh María concebida sin pecado, la más perfecta de las puras criaturas, …
Oh María concebida sin pecado, lirio resplandeciente de blancura en medio de las espinas, …
Oh María concebida sin pecado, verdadero candelero de oro, maravillosamente adornado de los siete dones del Espíritu Santo, …
Oh María sin pecado concebida, Madre de Jesús, siempre Virgen, …
Oh María sin pecado concebida, gloria de la Iglesia, …
Oh María sin pecado concebida, honra a los cristianos, …
Oh María concebida sin pecado, representada por las ilustres mujeres de la ley antigua,…
Oh María sin pecado concebida, anunciada por los profetas, …
Oh María sin pecado concebida, bendita entre todas las mujeres, …
Oh María sin pecado concebida, Reina de los ángeles y de los hombres, …
Oh María sin pecado concebida, terror de los demonios, …
Oh María sin pecado concebida, abogada de los pecadores, …
Oh María sin pecado concebida, sostén de los débiles, …
Oh María sin pecado concebida, tesoro de los perfectos, …
Oh María concebida sin pecado, cuyo Corazón era tan semejante al de Jesús,…
Oh María sin pecado concebida, depositaria de las Gracias que dispensáis profusamente a todos,…
Oh María concebida sin pecado, Consuelo de los afligidos y moribundos, .. .Oh
María sin pecado concebida, especial protectora de todos los que te invocan,…
Oh María concebida sin pecado, Madre tierna de todos tus hijos, …
Oh María concebida sin pecado, atravesada por la espada del dolor al pie de la Cruz, …
Oh María concebida sin pecado, puerta de la morada de gloria y delicias eternas,…
Oh María sin pecado concebida, atrae a tus hijos con el olor de tus virtudes; llévanos al cielo; ruega por nosotros que recurrimos a ti.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, escúchanos.
Jesucristo, escúchanos.
Oh Virgen María, fuiste inmaculada en tu concepción.
Ruega por nosotros a Dios Padre, cuyo Hijo Jesús diste a luz, concebido en tu seno virginal por obra del Espíritu Santo.
Oremos,
oh Dios, que por la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen, has preparado para tu Hijo una morada digna en su seno virginal, te suplicamos, como la has preservado de toda mancha por el honor de este mismo Hijo, dígnate también, por su intercesión, para darnos la gracia de purificarnos de todos nuestros pecados, de preservarnos de toda recaída, y de esforzarnos en imitar sus virtudes, para alcanzar la dicha de poseeros eternamente, por Jesucristo nuestro Caballero. Amén.
Oración de San Juan Pablo II en La Chapelle de la Rue du Bac
«Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti»
Esta es la oración que inspiraste, oh María, en Santa Catalina Labouré, en este mismo lugar , hace ciento cincuenta años; ¡y esta invocación, ahora grabada en la Medalla, ahora es llevada y pronunciada por tantos fieles en todo el mundo! […]
¡Bendita eres entre todas las mujeres!
Has estado íntimamente asociado a toda la obra de nuestra Redención, asociado a la Cruz de nuestro Salvador; vuestro corazón ha sido traspasado, junto a Su Corazón. Y ahora, en la Gloria de Tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores.
Tú velas por la Iglesia de la que eres Madre. Tú velas por cada uno de tus hijos.
Obtienes de Dios, para nosotros, todas estas gracias simbolizadas por los rayos de luz que irradian de tus manos abiertas, con la única condición de que nos atrevamos a pedírtelas, de que nos acerquemos a Ti con la confianza, la audacia, la sencillez. de un niño
Y así nos conduces incesantemente hacia Tu Divino Hijo.
Juan Pablo II (1980)
Gracias obtenidas recientemente por la Medalla Milagrosa de la rue du Bac
La medalla milagrosa de la rue du Bac fue llamada «milagrosa» desde el comienzo de su difusión entre los católicos; en pocos meses fueron tantas las gracias espirituales o corporales obtenidas, que los fieles, en un estallido de fervor y alegría, la llamaron así; esto fue en 1834.
Uno estaría tentado a creer que con el tiempo, la medalla de la rue du Bac ha perdido su eficacia. Es muy posible que los beneficios obtenidos sean menores, sin duda por la pérdida de la fe; quizás también porque son menos visibles, porque según la pedagogía divina, la santa Providencia favorece los comienzos de sus grandes obras con hechos milagrosos más espectaculares.
Pero para no caer en una cierta incredulidad hacia la medalla milagrosa de la rue du Bac, relatamos aquí algunos beneficios obtenidos entre 1990 y 2000 a través de la medalla milagrosa.
Una medalla milagrosa como quimioterapia
“Con alegría y gratitud os escribo para comunicaros una gran gracia obtenida por la Santísima Virgen después de una novena a la medalla milagrosa.
Había pedido sanidad para una madre de cinco hijos que tenía cáncer de mama. ¡Bueno, la operación salió bien, los tejidos estaban limpios y ahora no hay más células cancerosas! »
Volver a Dios a través de la Medalla Milagrosa
“Es con gran alegría que vengo a hacerlos participar. Mi hija, hace muchos años, había abandonado toda práctica religiosa. ¡Puedes imaginar mi sufrimiento!
Después de mucha oración, le entregué la medalla milagrosa. Ella accedió a ponérselo. Desde entonces ha retomado el rosario y hasta me pidió que la llevara a Lourdes. Sabe que tiene cáncer, y en vez de rebelarse, vuelve a Dios. Incluso me dijo que cuando pudiera volver a su carro, iría a misa tradicional todos los domingos.
La prueba, la mirada maternal de Nuestra Señora, la devolvieron a Dios. Para mí, es maravilloso, independientemente del resultado de esta enfermedad. »
Con una medalla milagrosa, con una medalla de dos tiempos
“¡La Santísima Virgen protege verdaderamente a los que confían en ella! Hace algún tiempo le regalé a mi nuera una medalla milagrosa. Lo usa aparentemente todos los días y está muy apegada a él.
Un día, ¿falta de atención? ¿imprudencia? No sé… Pero se cayó hacia atrás de una escalera, cuando estaba a una buena altura. Inmediatamente al hospital; pensamos en una parálisis. Pues no, no tenía nada en absoluto, ni siquiera secuelas. Por otra parte, en el hospital se descubrió en esta ocasión que tenía un cáncer de mama avanzado. ¡Ya era hora de hacer la cirugía! Todo salió muy bien. Sin esta caída, se habría preocupado demasiado tarde y ya no sería de este mundo. Han pasado siete años desde que sucedió eso, y todo va muy bien. »
Una medalla milagrosa colgada de la cama.
“Doy gracias a la Santísima Virgen por haber obtenido la gracia de que mamá reciba los últimos sacramentos antes de morir. Claro, ella siempre había tenido una vida recta, pero no había practicado durante mucho tiempo. Sabiendo que estaba muy enferma, colgué una medalla milagrosa en la cabecera de su cama y le recé la novena todos los días. »
Conversión de un anciano gracias a la medalla milagrosa
“Vengo a compartir con vosotros una gracia muy grande. Mi padre, aunque muy anciano, sólo se preocupaba por esta tierra. Entonces un día se enfermó. Entonces, después de orar, hacer penitencia, le ofrezco una medalla milagrosa que él acepta con gusto. Solo le pedía que lo besara de vez en cuando y decía la oración : “ Oh María, sin pecado concebida …” Bueno, él recibió los últimos sacramentos antes de su muerte, y cuando fui a verlo, él me habló del Cielo, de la eternidad. Estaba bastante resignado; ya no era el mismo hombre.
Bendita sea nuestra Madre del Cielo, la que tan bien asiste a sus hijos en el momento de la muerte. »
Usa una medalla milagrosa para complacer