Los cortes de tránsito a demasiada distancia del epicentro de una manifestación, multiplican los problemas en el área de macrocentro
Cuando hay manifestaciones, la costumbre policial para un supuesto ordenamiento del tránsito es cortar la calle en conflicto unas cinco o seis cuadras antes del nudo. Esto asegura la extensión del caos a muchas más cuadras a la redonda que lo que se habría generado si la restricción se circunscribiese exclusivamente a la zona en derredor de la aglomeración de personas.
Se conoce que cuando hay marchas al ministerio de desarrollo social, en la Av 9 de julio y Moreno, la Policía de la Ciudad desvía el tránsito en la Av. Independencia.
El despropósito se suele repetir en la Av Entre Ríos, cuando las manifestaciones son en el Congreso Nacional. Se suele plantear un corte de tránsito en Independencia, cuando bien podría establecerse una algo más liviana prevención, para advertir a los conductores que una cuadras más adelante deberán, sí o sí, desviarse.
Las consecuencias de estas «hinchazones» del área afectada incluyen, entre otros efectos, mayores gastos de combustible en todos los vehículos involucrados y encarecimiento de los viajes en taxi para las personas que -incautamente- los abordaron.
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