• Diario 5 -Buenos Aires, domingo 3 de noviembre de 2024

El lunfardo (I)

PorAlejandro Lacarra

May 19, 2022

Primera entrega de una serie de referencias a uno de los fenómenos culturales más propios de la Argentina y especialmente de la Ciudad de Buenos Aires, con aportes valiosísimos de Rosario y Montevideo. La sede de la Academia Argentina de Lunfardo ostenta en su frente una premisa: "

El lunfardo es la clásica jerga nacida en la ciudad de Buenos Aires, donde se desarrolló durante la segunda mitad del siglo XIX, con la llegada masiva de inmigrantes europeos. Rosario y Montevideo contribuyeron al desarrollo del lunfardo, desde donde algunas palabras entraron en el vocabulario popular argentino y uruguayo. Estas tres ciudades vivieron situaciones socioculturales similares, caracterizadas por la actividad portuaria y una gran afluencia de inmigrantes europeos pobres, principalmente italianos y españoles, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El lunfardo es también la lengua comodín del tango.

Para atender su etimología, observamos que la palabra “lunfardo” es similar a “lumbardo” (“lombardo”, en italiano) que se refiere al idioma regional y a la población de Lombardía, una provincia en el norte de Italia. Sin embargo, hasta principios del siglo XX, era común que los emigrantes italianos designaran a los delincuentes con el término lombardi.

Las explicaciones que se dan sobre la derivación semántica de esta palabra y su viaje a Argentina y Uruguay varían levemente según los que bucearon en la historia de esta apasionante forma de expresión.

Una primera hipótesis remonta la connotación peyorativa a las invasiones lombardas de la Alta Edad Media en el norte de Italia.

Existe una versión que asegura que la palabra “lunfardo” no proviene directamente de Italia sino de Occitania, debido a que la mafia marsellesa estuvo muy activa en el Río de la Plata a fines del siglo XIX.

Según Otilia da Veiga, vicepresidenta en 2011 de la Academia Porteña del Lunfardo, los italianos de origen social modesto consideraban a los usureros, prestamistas y banqueros, a menudo de origen lombardo, como ladrones.

El lunfardo aparece en Buenos Aires y alrededores durante la segunda mitad del siglo XIX, con los aportes lingüísticos y culturales de las diversas inmigraciones europeas, en particular genoveses (por ejemplo, la palabra bacán, que significa ”persona elegante»); piamontés (linyera,”vagabundo»); caló (es decir, la cultura gitana de España, por ejemplo, la palabra “choro” por ladrón, o “gil”, por idiota»); Parisienne (el argot morfiler se convierte en el lunfardo morfar), etc.

Otras palabras provienen de la propia cultura argentina ya presente antes de la inmigración, utilizadas por el gaucho, como “pilcha”, por ropa o “china”, para identificar a la mujer del campo)

Los primeros investigadores del vocabulario resultante de la inmigración del siglo XIX fueron abogados, policías y agentes penitenciarios. Necesitaban saber el vocabulario debido a su trabajo. Los más importantes fueron Benigno Lugones, Luis María Drago, José Sixto Álvarez y Antonio Dellepiene. Sin embargo, el vocabulario del lunfardo incluye palabras del mundo del trabajo, como chata (carro plano), corralón (almacén de materiales de construcción). O palabras cotidianas, como pebete (niño o chico), o conventillo (la famosa casa con habitaciones en alquiler). De hecho, el lunfardo era el vocabulario que permitía a los inmigrantes comunicarse entre sí. Si los primeros poemas en lunfardo incluían referencias sexuales o escatológicas o hacían relatos de estafas (caso homólogo de la jerga parisina), poetas como Celedonio Flores escribieron inmediatamente sobre los más diversos temas.

Algunas de las palabras y expresiones de esta jerga han pasado a la lengua popular y se han extendido al castellano hablado en Argentina y Uruguay. Utilizado primero por delincuentes y trabajadores, inmigrantes y mestizos criollos, desde principios del siglo xx , el lunfardo comenzó a penetrar en todos los estratos de la sociedad, ya sea por su uso frecuente o por su presencia en las letras de los tangos, o por ambos. Esta jerga era asertivamente utilizada hasta por las personas más cultas.

En cuanto a la Morfología y la lingüística, hay que contemplar que el lunfardo es un vocabulario, por lo que la sintaxis, los accidentes de las palabras y las conjugaciones siguen siendo las del español.

El lunfardo (I)

 

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