Tres hipótesis

Hipótesis 1. Se infiltraron entre los que apedreaban al Congreso por el sólo protestar contra la discusión abierta para decidir qué hacer con el pago de la deuda al Fondo Monetario Internacional, militantes opositores o antiperonistas o antikirchneristas o anticristinistas (ojo, son tres grupos diferentes) y aprovecharon la volada para darle el presente a la vicepresidente.

Hipótesis 2. El troglaje quería darle y darle a la pedrada y vio que el primer piso del palacio del Congreso tenía ventanas abiertas del lado izquierdo y les quedaba cómodo para ejercer el vandalismo deportivo. Se suponía que atacaban el despacho de quien decía estar del lado de los que no quieren el arreglo con el Fondo, pero bueh! Disculpá, amiga! Asomate a la ventana, tía! ¿No tené un quiñone pa’ la birra?

Hipótesis 3. El asesor del Senado en cuestiones arquitectónicas, decorativas y ornamentales, no estaba de acuerdo con el blanqueamiento por enarenado que le habían hecho al frente del Congreso entre 2020 y 2021 y juntó un grupete de vengadores para enchastrar el frente con bombas de pintura roja y que todo el trabajo se haga de nuevo, total lo paga el Estado.

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