A 100 años de una tragedia de la que apenas se conoce el título, Diario 5 ofrece una lectura de singular importancia en la historia moderna argentina. Pocos vieron la película de Héctor Olivera, que recrea los hechos y menos aún son los que leyeron la novela de Osvaldo Bayer
En Argentina es costumbre nombrar Patagonia rebelde o Patagonia Trágica a la lucha que libraron entre 1920 y 1921 los trabajadores insurgentes, principalmente anarcosindicalistas, en la provincia de Santa Cruz.
El conflicto se inició con una huelga de jornaleros y trabajadores de la industria cárnica, que inicialmente finalizó con la celebración de un acuerdo con los empresarios sobre la base de una plataforma de demandas obreras. Sin embargo, cuando pareció que la patronal no pretendía respetar el convenio suscrito y que ya se estaban tomando represalias contra los dirigentes del paro, el conflicto social degeneró en un paro insurreccional, que fue duramente reprimido por las tropas de la huelga. El Ejército Argentino despachado por el gobierno central de Hipólito Yrigoyen, entonces presidente en ejercicio, y comandado por el teniente coronel Héctor Benigno Varela. Durante esta represión feroz y desproporcionada, unos 1.500 trabajadores fueron fusilados. Un año después, Varela murió en un atentado con bomba perpetrado en venganza por Kurt Gustav Wilckens, anarquista alemán.
La Federación Regional de Trabajadores de Argentina (FORA) había fundado en Río Gallegos, en la provincia de Santa Cruz, la Sociedad Obrera de Río Gallegos, dirigida por el anarquista español Antonio Soto, conocido con el sobrenombre de “el Gallego” Soto. Santa Cruz era una lana de área de producción, que dependía de la exportación y se basó en la gran propiedad de la tierra de la región, por un lado, y sobre el establecimiento de inglés de refrigeración empresas.de otra parte. Con el fin de la Primera Guerra Mundial, el precio de las exportaciones primarias de la Patagonia se desplomó; la demanda decreciente de existencias de lana acumuladas desde el final de la guerra y la caída del precio de la lana 9,74 $ 3,08 $, lo que llevó este precio a su nivel normal de cotización en tiempos de paz, provocó una crisis regional. Esto afectó a los operadores de latifundios y comerciantes, pero tuvo un impacto aún más severo en los laneros y jornaleros, quienes vivían en condiciones miserables.
La jornada normal de trabajo de los trabajadores era entonces de 12 horas, la de esquiladores y arrieros alrededor de 16 horas y el domingo era el único día de descanso. Los salarios, minúsculos, se pagaban a menudo en forma de vales o en moneda extranjera, que, a la hora de canjearlos en las tiendas, se aceptaba por debajo de su valor.
Se convocó una huelga de protesta Septiembre de 1920. Frente a la arbitrariedad de las autoridades policiales, el boicot resolvió contra tres comerciantes vinculados a la Sociedad Rural, luego la detención de los dirigentes de la Sociedad Obrera, exacerbó el antagonismo entre trabajadores y empresarios. Luego llegaron delegados de toda la provincia y discutieron las demandas a la Sociedad Rural. Posteriormente, los trabajadores afiliados a la Sociedad Obrera de Río Gallegos presentaron a los empresarios una plataforma de demandas encaminadas a mejorar sus condiciones laborales.
Entre otras demandas, los trabajadores exigieron que se prohíba acomodar a más de tres hombres en una vivienda de 16 m 2, que cada trabajador tenga derecho a un paquete de velas 4 al mes, y que el sábado sea día inhábil; También se requirió una mejora en las raciones de alimentos, un salario mínimo mensual de 100 pesos, y el reconocimiento de la Sociedad Obrera como la única representante legítima de los trabajadores, lo que implicaba que debía aprobarse el delegado designado como mediador entre las partes en conflicto. Sin embargo, este libro de demandas fue rechazado por la organización que agrupa a los terratenientes, la Sociedad Rural.. Los trabajadores tomaron represalias declarando una huelga general en toda la provincia de Santa Cruz.
La huelga general fue declarada el 1 de noviembre de 1920. El 3 de noviembre. Se produjo un intento de asesinar al líder Antonio Soto, pero éste escapó. El 18 de noviembre. Durante una reunión en la Sociedad Obrera, se envió a la Sociedad Rural una nueva propuesta, en forma de 2 e listado de reclamaciones, propuesta que fue aceptada por un grupo limitado de propietarios.2 de diciembre. En Puerto Deseado y Puerto San Julián también se declaró la huelga general; este último, al que se unieron los ferroviarios y los empleados de los grandes almacenes La Anónima, estaba dirigido por anarquistas. el 17 de diciembre, la policía mató al delegado Domingo F. Olmedo.
La Sociedad Obrera, llevó a cabo una reunión para discutir el camino a seguir, radicalizó sus posiciones, la tendencia de la FOROS de la V ° Congreso (anarquista) ganadora en efecto en la de la FOROS del IX ° Congreso (unión). Antonio Soto se trasladó clandestinamente a Buenos Aires para pedir apoyo y solidaridad al Congreso de la FORA que se estaba realizando en ese momento.
Gobernador Edelmiro Correa Falcón.
Mientras tanto, los huelguistas tomaban como rehenes a policías, terratenientes y trabajadores administrativos de establecimientos rurales, capturando armas y provisiones para las necesidades de sus propias columnas movilizadas. Hasta ese momento, aún no se habían producido hechos graves de violencia, a excepción de los cometidos por una banda anarquista liderada por Alfredo Fonte, alias El Toscano, quien había asaltado varias fincas, en particular la finca El Campamento, asaltó el 2 de enero de 1921de El Toscano y su socio El 68.
En la región del Lago Argentino, los trabajadores se organizaron en columnas y, deteniéndose en las distintas fincas, se dispusieron a levantar la mano de obra allí. Para escapar de la represión policial, se trasladaron constantemente de un lugar a otro y finalmente se dirigieron al pueblo de Río Gallegos. El 4 de enero. Al acercarse al lugar llamado El Cerrito, la policía los agredió con armas de fuego. El enfrentamiento resultó en varios muertos y heridos entre la policía y los trabajadores. Este incidente fue posteriormente manipulado por los órganos de prensa sometidos a la Sociedad Rural, al gobernador Edelmiro Correa Falcón 5 y a la Liga Patriótica Argentina, para hacer creer a la opinión pública que toda la provincia estaba en manos del bandolerismo anarquista. El objetivo de estos círculos era incitar al gobierno nacional que preside Hipólito Yrigoyen a iniciar la represión contra el movimiento obrero.
el 21 de enero de 1921, los trabajadores tomaron como rehenes a sus dueños y al comisionado Micheri, la finca agrícola La Anita, luego en el proceso ocuparon la finca La Primavera. El 29 de enero llegó a la Patagonia el nuevo gobernador de Santa Cruz, Capitán Ángel Ignacio Yza, de tendencia yrigoyenista, en sustitución de Correa Falcón. Sin embargo, su política será de conciliación, esforzándose por encontrar arreglos pacíficos entre las partes. Mientras tanto, las tropas del Ejército Federal al mando del Teniente Coronel Héctor Benigno Varela desembarcaron en Puerto Santa Cruz el 2 de Febrero e inmediatamente partió hacia Río Gallegos.
El gobernador Yza y Varela acordaron evitar la represión y se reunieron con los huelguistas en la finca El Tero en15 de febrero. Las condiciones que les impusieron fueron que debían depositarse las armas y liberar a los rehenes. A cambio, una gran parte de las demandas de los trabajadores quedarían satisfechas, tras la aceptación de un acuerdo ya propuesto por los patrones a los trabajadores en la fecha de la30 de enero. Dicho acuerdo disponía lo siguiente:
«Arte. primero: Los abajo firmantes se comprometen, dentro de los plazos razonables que impongan las circunstancias locales y regionales, a respetar las siguientes condiciones de mejora económica e higiene:
a.- Las viviendas de los trabajadores serán amplias y ventiladas y cumplirán con los mejores estándares de higiene posibles; en cuanto a las cabañas, se acuerda que serán de madera con colchones de lana;
b.- La iluminación de la sala común estará a cargo del jefe, así como la calefacción durante los meses de invierno;
c.- Además del domingo, los trabajadores pueden estar en paro medio día a la semana;
d.- La comida será sana, abundante y variada;
e.- Cada estancia tendrá una enfermería de emergencia, con instrucciones escritas en el idioma nacional; Arte. segundo:
a.- Los patronos se comprometen a pagar a sus trabajadores un salario mínimo de cien pesos en moneda nacional, además de manutención y hospedaje, sin rebajar ninguno de los salarios que actualmente excedan ese monto;
b.- Cuando el número de trabajadores sea de 15 a 25 se contratará un ayudante de cocina, y dos cuando el número de trabajadores sea de 25 a 40; más allá de los 40 trabajadores, se contratará a un panadero;
c.- Los ganaderos mensuales, que serán los encargados de conducir los rebaños fuera de las fincas, recibirán 12 pesos en moneda nacional por día, independientemente de su salario y siempre que conduzcan el rebaño;
d.- Los tutores mensuales recibirán por cada potro adiestrado 20 pesos moneda nacional, además del salario fijo que se les haya asignado, y recibirán la misma suma por cada novillo en las mismas condiciones.
Arte.
cuarto:
Los patrones se comprometen y reconocen de facto a las empresas de trabajadores legalmente constituidas, lo que implica que deben tener personalidad jurídica. Los trabajadores pueden pertenecer o no a estas asociaciones, dado que solo se tendrá en cuenta el buen comportamiento de cada uno. Arte.
quinto:
Los trabajadores por su parte se comprometen a levantar el actual paro de trabajo en el campo, ya volver al trabajo de acuerdo a sus respectivas tareas tan pronto como suscriban este convenio”.
– Río Gallegos, 30 de enero de 1921.
Al día siguiente se levantó la huelga, mientras reinaba un ambiente de triunfo en la Sociedad Obrera. Sin embargo, El Toscano y su banda se negaron a aceptar la mediación y se refugiaron en el interior de la provincia, llevándose consigo la mayoría de las armas, para evitar su decomiso. El conflicto, sin embargo, llegó al inicio de una solución a través de la sanción arbitral del gobernador Yza, la cual fue aceptada por las partes y aprobada por el Ministerio Federal de Trabajo el 22 de febrero de 1921.
Tras el acuerdo con el gobernador Yza, las tropas de Varela regresaron a Buenos Aires en Mayo de 1921. Sin embargo, el acuerdo estuvo lejos de ser respetado, ya que los empresarios lanzaron una serie de medidas de represalia en las fincas y puertos de la provincia de Santa Cruz contra los participantes en las huelgas. Actuaron las fuerzas policiales, asistidas por milicias parapoliciales integradas por miembros de la Liga Patriótica del nacionalista Manuel Carlés.
Interludio y profundización del conflicto
Los grandes terratenientes, comerciantes e inversionistas patagónicos, todos pertenecientes a la Sociedad Rural (y apoyados por la Liga Patriótica y algunos policías) lanzaron la ofensiva contra los otros grupos de interés que se enfrentaban: los trabajadores de la Sociedad. Clase obrera, los radicales yrigoyenistas. Encabezada por el abogado y político José María Borrero, y el juez Ismael Viñas, quienes se habían movilizado formalmente en torno a la figura del gobernador Yza. Respondieron a las acciones de los grandes agricultores a través de la revista La Verdad, dirigida por Borrero, denunciando en particular contratos leoninos que la frigorífica norteamericana Swift hizo firmar a los trabajadores de la industria cárnica.
Interna sindical
Luego, los trabajadores de Swift se declararon en huelga, con el apoyo de la Sociedad Obrera. El conflicto, sin embargo, terminó con el triunfo de la firma frigorífica, que fue indirectamente asistida por Santiago Lázaro y Rogelio Lorenzo, sindicalistas del IX ° Congreso FORA. Fue atacado Antonio Soto, debido a su estilo y sus posiciones anarquistas cercanas al FORA del V º Congreso. A través de la voz de su órgano La Organización Obrera. Y por una serie de ataques en forma de folletos, el sindicalista foros (IX ° Congreso) atacó a la Sociedad Obrera de Río Gallegos, que era de carácter anarcosindicalista, y provocó varias subdivisiones sectoriales (primero se separaron los trabajadores gráficos, y luego los conductores y mecánicos). De esta forma, el mundo obrero apareció dividido, mientras el grupo FORA del IX se acercaba al grupo yrigoyenista de Borrero e Yza.
En Mayo de 1921, los telégrafos de Correos de Río Gallegos en huelga cambiaron la composición del comité y rompieron con la Sociedad Obrera. el10 de mayo, al término de una asamblea en el cine Select de Río Gallegos, el líder de la sindicalista FORA Rogelio Lorenzo y su Sindicato Autonómico de Conductores ocuparon la sede de la Sociedad Obrera. Un grupo de sus adherentes, encabezados por Soto, los expulsó violentamente.
Entierro del trabajador Zacarías Gracián, mayo de 1921.
Si los dirigentes sindicales enviados desde Buenos Aires, cuyas capacidades de movilización eran casi nulas, sufrieron una estrepitosa derrota durante las asambleas obreras, la Sociedad Obrera, sin embargo, comenzó a dar algunos signos de debilidad. Aunque sus militantes habían obtenido algún éxito parcial en boicots dirigidos contra varios comerciantes adinerados, el gobernador Yza dejó de considerarlos como interlocutores válidos, reconociendo sólo a los representantes de la sindicalista FORA.
Por su parte, el gobierno chileno se alarmó ante la posibilidad de tener que enfrentar disturbios similares en el sur de Chile y decidió desplegar, a las órdenes del coronel Carlos Ibáñez del Campo, una nutrida fuerza de fusileros por la región. Localidad de Puerto Natales, cerca de la frontera con Argentina, lo que preocupaba al gobierno argentino. Además, el capitán Elbio Carlos Anaya, comandante de compañía del 10 ° Regimiento de Caballería, afirmó que los carabineros chilenos que custodiaban los pasos de montaña dejaban a los huelguistas argentinos armados la flexibilidad de entrar y salir de ambos lados de la frontera 9.
La Sociedad Rural comenzó a movilizar sus influencias en Buenos Aires y montó una campaña de prensa en los diarios La Prensa, La Razón y La Nación, denunciando la amenaza anarquista y el bandidaje, y para resguardarse de la posibilidad de que los gobiernos de Chile se apoderaran de la región. de Santa Cruz. Al mismo tiempo, la Sociedad Rural logró incentivar la inmigración de personas «libres», es decir amarillos, que, traídos a la Patagonia desde otras regiones, arribaron a Río Gallegos a bordo del vapor El Asturiano en 29 de agosto de 1921 y será objeto de ataques violentos por parte de trabajadores locales. Cediendo a los ataques lanzados contra él por tanto la Sociedad Rural, la prensa, el gobierno, el sindicato de la FORA del IX ° y la policía, Antonio Soto finalmente renunció como secretario de la Sociedad de Trabajadores; Le sucederá Antonio Paris, dirigente obrero, cocinero profesional, de gran prestigio. Rogelio Lorenzo, del sindicalista FORA, trabajó para formar un comité autónomo de trabajadores rurales en el interior de la provincia, en particular en la zona del Lago Argentino., sumergiéndolo con hojas sueltas. Es por eso que Soto se propuso viajar por toda la provincia de Santa Cruz, iluminando a los trabajadores agrícolas, arrieros, esquiladores, etc. sobre la naturaleza del conflicto y sobre el incumplimiento, por parte de los empresarios, del convenio suscrito con Yza, provocando el fracaso de la maniobra de Lorenzo. La asamblea organizada por el sindicalista FORA el 2 de Octubre se convertirá en un fracaso total para sus organizadores.
Durante el mes de octubre, la situación llegó a un punto sin retorno. Uno de los motivos de la exasperación del conflicto fue la acción del grupo El Consejo Rojo, liderado por Alfredo Fonte alias El Toscano, que comenzó a realizar ataques, saqueos y toma de rehenes en el sector agrícola. fincas de la provincia 10. A principios de octubre habló con Antonio Soto para explicarle su plan: huelga general, asaltos a fincas y toma de rehenes, por sorpresa y con violencia. Soto no estuvo de acuerdo, argumentando que esto proporcionaría argumentos a favor de la Sociedad Rural., y argumentó que solo debería haber una huelga o acción de boicot contra aquellos agricultores que no hayan implementado el paquete de demandas. El desacuerdo sobre el modo de acción resulta en una ruptura total entre los dos hombres. El Toscano fue capturado el 8 de octubre de 1921 por la comisaria Vera, paradójicamente tras denunciar a los trabajadores.
Soto se internó en el campo y recorrió Barranca Blanca, El Tero, Mac Cormack, Tapi Aike, Fuentes del Coyle, Cancha Carrera, Primavera, San José, Laurita, Rospentek, Punta Alta, Glen Cross, Rincón de los Morros, Douglas, Bella. Vista, Buitreras, Paso del Medio, Clark, etc. Si logró obtener un apoyo abrumador entre los trabajadores agrícolas, la Sociedad Obrera quedó sin embargo privada de apoyo externo: el juez Viñas enfrentaba un juicio político en Buenos Aires, José María Borrero fue encarcelado y guardó silencio, los abogados Corminas, Cabral y Beherán. no parecía querer dar su apoyo, y el gobernador radical favoreció al sindicalista FORA como interlocutor 11. Además, la Sociedad Obrerahabía visto menguar sus fuerzas en los puertos, que juraron fidelidad a la sindicalista FORA. En Puerto Deseado los ferroviarios y en Puerto San Julián y Puerto Santa Cruz los estibadores no apoyaron la huelga. Solo unos pocos anarquistas como Ramón Outerello apoyaron a la Sociedad Obrera, a excepción de Puerto San Julián, donde el líder era un socialista, Albino Argüelles. En la costa, el único apoyo vino de Río Gallegos.
Segunda huelga
el 24 de octubre, los locales de la Federación de Trabajadores en Río Gallegos, Puerto Deseado, San Julián y Puerto Santa Cruz fueron cerrados y demolidos, y los líderes obreros detenidos. Antonio Paris, secretario general de la Federación de Trabajadores, fue detenido y torturado por la policía, y luego será deportado, junto con otros dirigentes obreros. Sin embargo, la huelga general fue declarada en Santa Cruz. El tríptico distribuido por la Sociedad Obrera proclamaba:
» HUELGA GENERAL
Dado que continúan las molestias contra muchos de nuestros compañeros, molestias que hemos hecho públicas en dictámenes anteriores: el ayuntamiento, durante una reunión mantenida con los delegados que forman parte del mismo, la comisión de la Mar y Playa (mar y muelles) comité y los reconocidos comités pro-prisioneros y pro-huelga, tomaron la siguiente resolución:
Declarar una huelga general a partir de hoy a las 15.00 horas (15.00 horas) y hasta la liberación de nuestros compañeros, en la que deberán participar a tal efecto todos los trabajadores de mar y manutención, choferes, mecánicos y afines, personal de cocina., trabajadores de la imprenta, diversos oficios y todos los trabajadores del campo y comercio en general.
Camaradas: Crucemos los brazos, quitemos las herramientas de trabajo y no se deje intimidar, porque es mejor seguir pasando hambre juntos para ver satisfechas nuestras justas demandas, que ir a cumplirlas una a una. poner en lugar seguro el saqueo legalizado de nuestros explotadores”.
– EL COMITÉ PROHUELGA 12.
Antonio Soto, quien se hospedaba en la Estancia Bella Vista, izó la bandera roja y negra del anarquismo y comenzó a presionar por las huelgas y la ocupación de grandes predios agrícolas. A principios de noviembre, Soto había levantado a los trabajadores de las estancias Buitreras, Alquinta, Rincón de los Morros, Glencross, La Esperanza y Bella Vista.
Luego, la policía lanzó una rápida ofensiva y detuvo a los líderes que Soto había enviado a Río Gallegos: Mogilnitzky, Sambucetti y Severino Fernández fueron torturados y deportados en el ss Vicente Fidel López., mientras que José Graña, Domingo Oyola, Restituto Álvarez y el dueño del bar donde se conocieron, Martín Tadich fueron encarcelados y golpeados. Esta ola de detenciones de dirigentes sindicales en las localidades costeras tuvo el efecto de aislar el movimiento de huelga, que sin embargo siguió creciendo. Ramón Outerello, luego de haber logrado escapar de las autoridades en Puerto Santa Cruz, inició acciones más agresivas que Antonio Soto, quien no quiso enfrentar al ejército y al gobierno. Outerello se comprometió a organizar grandes columnas de trabajadores y apoderarse de las estancias, mientras avanzaba hacia los puertos, en un intento de romper el aislamiento. En el dominio agrícola alemán Bremen, en Laguna Cifre, los huelguistas fueron atacados por los estancieros, que se saldaron con la muerte de dos trabajadores e hiriendo a varios más.
Llegada de Varela
HB Varela en 1907.
El presidente argentino Hipólito Yrigoyen decidió enviar en la Patagonia el 10 º regimiento de caballería. Este se dividió en dos cuerpos, el principal de los cuales estaba al mando del comandante en jefe de la expedición, teniente coronel Varela, y el segundo por el capitán Elbio C. Anaya. Estas tropas partieron4 de noviembre de 1921, a bordo del buque de transporte de la Guardia Nacional.
el 10 de noviembre, Varela aterrizó en Río Gallegos, donde fue informado por miembros de la Sociedad Rural, por las autoridades policiales y por el gobierno local, que
“… se subvierte todo el orden, que la garantía individual, la garantía de domicilio, de vida y de haciendas, garantizada por nuestra Constitución, han dejado de existir; que hombres levantados en armas contra la Patria amenazan la estabilidad de las autoridades y se han rebelado abiertamente contra el gobierno nacional, destruyendo, prendiendo fuego, requisando caballos, víveres y todo tipo de bienes..”.
– Informe del teniente coronel Varela
Varela tenía bajo su mando un contingente de 200 hombres bien equipados, mientras que los huelguistas rondaban los dos mil, pero mal armados. Si los motivos que lo llevaron a actuar de esta manera siguen siendo objeto de discusión, ya sea por orden del gobierno nacional o por iniciativa propia, lo cierto es que fue Varela quien impuso la sanción al pelotón de ejecución. contra jornaleros y trabajadores en huelga. Evidenciado por la comunicación difundida por Varela y redactada de la siguiente manera:
«Si aceptas en este momento someterte INCONDICIONALMENTE entregándome los prisioneros y todos los caballos que tienes en tu poder, mientras te presentas con tus armas, TE DARÉ TODO TIPO DE GARANTÍAS PARA TI Y PARA SUS FAMILIAS, comprometiéndome a hacerles justicia en los reclamos que tendrían que presentar contra las autoridades y también a regular la situación de vida posterior de todos los trabajadores en general. Si dentro de las 24 horas siguientes a su recepción de esta comunicación, no recibo una respuesta que indique que acepta la rendición incondicional de todos los huelguistas insurgentes armados en el territorio de Santa Cruz, PROCEDERÉ:
1 ° Someterlos por la fuerza, ordenando a los oficiales del ejército que comandan las tropas bajo mis órdenes que los consideren enemigos del país en que viven;
2 ° Responsabilizarse de la vida de cada una de las personas que actualmente se encuentran detenidas por la fuerza como prisioneras, así como de las desgracias que pudieran surgir dentro de la población que ocupa y las que sería llevado a ocupar a partir de entonces;
3 ° El que se encuentre con las armas en la mano y que no pueda acreditar una autorización escrita, firmada por el abajo firmante, será castigado con severidad;
4 ° Cualquiera que dirija un fuego sobre las tropas, será fusilado en el mismo lugar donde se encuentre;
5. Si, a los efectos de someterle, parece necesario el uso de armas por parte de las tropas, le advierto que una vez iniciado el combate no habrá más negociaciones ni suspensión de hostilidades”.»
– Varela, teniente coronel, comandante en jefe de la 10 º C. 14.
Contrario a lo que posteriormente afirmaron los autores de las ejecuciones para justificar su acción, el gobierno chileno colaboró bien con las fuerzas argentinas, cerrando la frontera para evitar el paso de los huelguistas y permitiendo que las tropas argentinas hicieran incursiones en territorio chileno para llevar a cabo sus búsquedas.
Huelgas hechos prisioneros por las tropas de Varela.
el 11 de noviembre, Varela, acompañado del primer teniente Schweizer y 12 soldados, que se dirigían hacia El Cifre, llegaron a la localidad de Paso Ibáñez. Fue allí, es decir, en un momento en que aún no había publicado el citado aviso decretando la pena de muerte, donde Varela ordenó la primera ejecución: la del preso chileno Triviño Cárcamo. Luego regresó a Río Gallegos. el 12 de noviembre. El Capitán Viñas Ibarra, secundado por el Subteniente Frugoni Miranda y apoyado por 50 efectivos, partió para una expedición en el sur de la provincia, visitando Pali-Aike, Fuentes del Coyle, Primavera, Punta Alta, Cancha Carrera y la Cordillera de Los Baguales. El 14 de noviembre, atacando en las afueras de Punta Alta a un centenar de huelguistas, que contaban con pocas armas de fuego raras y casi todos armados solo con cuchillos, la tropa mató a cinco huelguistas y tomó a unos 80 prisioneros, de los cuales aproximadamente la mitad serán fusilados 15.
Outerello y su columna de 400 huelguistas se dirigieron hacia Paso Ibáñez, localidad costera del norte de la provincia, que en ese momento contaba con unos 800 habitantes, y la ocupó. Se llevaron consigo, como rehenes, un gran número de policías, agricultores y administradores de fincas, que albergaron en el cine local. Después de resistir con éxito a las tropas navales, Outerello pidió parlamentar con Varela, quien llegó el23 de noviembre. Los huelguistas reclamaron la libertad de sus compañeros encarcelados y de los deportados, y la aplicación del paquete de condiciones firmado conjuntamente por los empresarios. Varela respondió que tenían que rendirse sin condiciones. Mientras los obreros deliberaban (Outerello abogó por no rendirse y huyó a Cañadón León, en la estancia Bella Vista), Varela los agredió en Río Chico, obligando a rendirse a una columna encabezada por Avendaño, que hizo disparar al mismo tiempo que decenas. de huelguistas. A continuación, el 1 er diciembre de soldados emboscados el grupo de Outerello, donde murió y con él una docena de trabajadores; Sin embargo, las tropas de Varela se salvaron 16.
Las tropas comandadas por el capitán Viñas Ibarra partieron en persecución de las columnas encabezadas por Antonio Soto. el2 de diciembre de 1921, con 20 hombres, cruzaron el río Santa Cruz con un salto y sorprendieron a un grupo de huelguistas más adelante, quienes fueron obligados a trasladarse al lugar llamado El Perro, donde posteriormente fueron exterminados una veintena de trabajadores. En Cerro Negro, las tropas de Viñas Ibarra recorrieron la región limpiándola de militantes y disparándoles en el mismo lugar donde se encontraban. Luego, caminaron por la región del Lago Argentino por el camino de la Cordillera de los Baguales. el6 de diciembre, en La Leona, un centenar de huelguistas se rindieron voluntariamente, mientras que otros 80 siguieron a Soto hasta la estancia La Anita.. Viñas Ibarra, tras unirse a ellos, exigió la rendición incondicional. Los huelguistas lo discutieron en una asamblea nocturna, mientras las tropas se preparaban para el asalto; la asamblea votó por la rendición, en contra de la posición de los anarquistas, que no confiaban en el ejército. Los huelguistas enviaron a dos emisarios a indagar sobre los términos de la rendición, pero Viñas Ibarra les disparó de inmediato. Finalmente, se produjo la rendición incondicional. Según varios testimonios, el número de ejecutados oscila aquí entre 100 y 200. Antonio Soto, que se opuso a la rendición, huyó a caballo a Chile con 12 compañeros. el9 de diciembre, El grupo de Soto cruzó la frontera hacia el área de Mount Centinela. Nunca lo atraparán 17. Viñas Ibarra seguirá atravesando la región del 12 al20 de diciembre, capturando y disparando a los últimos delanteros dispersos.
Fotografía final de José Font, apodado Facón Grande.
La represión continuó y se extendió desde la región de San Julián hasta Cañadón León. el17 de diciembreLas tropas de Anaya partieron de la Estancia San José y se dirigieron hacia el norte. Hacia el mediodía, luego de un tiroteo en Tapera de Casterán, muchos huelguistas fueron hechos prisioneros. Aunque el ejército ha dicho que solo más tarde falleció el líder Albino Argüelles y dos huelguistas, en realidad son cien prisioneros los que fueron fusilados aquí 18.
Fase final
La última columna de huelguistas que se mantendrá activa será la que encabece José Font, más conocido como Facón Grande, en la zona de Puerto Deseado. Este último dividió sus fuerzas en dos columnas, una de 300 hombres, marchando hacia el sur desde Puerto Deseado, hasta Bahía Laura, y la otra, encabezada por él mismo, hacia Pico Truncado. Se hicieron dueños del pequeño pueblo de Las Heras, a unos 300 km de distancia. al noroeste de Puerto Deseado, quedando allí el delegado Antonio Echevarría, encargado de custodiar la plaza. El 18 de diciembre Varela envió desde Puerto Deseado a dicha localidad, por el tren de exploración, un destacamento a las órdenes del Subteniente Jonas. Las Heras se retomó sin resistencia y Jonás fusiló a Echevarría y otros líderes en huelga. El 20 de diciembre, Varela, enterado de la existencia de un campamento de huelguistas, se dirigió a la estación de Tehuelches, a medio camino entre Puerto Deseado y Las Heras, en la misma línea férrea del Ferrocarril Nacional Patagónico. A su llegada, ocurrió el único acto real de resistencia al ejército en todo el campo: en un tiroteo, el soldado Salvi resultó herido y el soldado Fischer murió. Entre los huelguistas, hubo al menos tres muertos y varios heridos. Varela y su grupo tuvieron que recurrir a Jaramillo. De allí envió al gerente de La Anónima, Mario Mesa, a parlamentar con Facón Grande, prometiéndole respetar la vida de todos y cumplir con sus pedidos si se rinden. Al final de una reunión, los trabajadores resolvieron dirigirse a la estación de Tehuelches en de diciembre. A pesar de su promesa, Varela disparó contra Facón Grande, Leiva y al menos medio centenar de trabajadores. El último grupo de huelguistas una vez exterminado, las tropas del ejército se dispusieron a inspeccionar toda la provincia de Santa Cruz en busca de huelguistas dispersos. El ejército los persiguió, hasta que los atraparon y les dispararon sumariamente. La campaña terminó el 10 de enero de 1922; En total fallecieron unos 1500 trabajadores y 19 huelguistas.
Impacto de las ejecuciones
El domingo 1 st de enero de 1,922, en el Hotel Argentino, la Sociedad Rural celebró el Año Nuevo con un grandioso homenaje al Teniente Coronel Varela. El 7 de enero, el SS Asturiano, con Manuel Carlés, presidente de la Liga Patriótica a bordo, atracó en Río Gallegos para homenajear y adornar a Varela y sus hombres. el11 de enero, el diario La Unión publicó una declaración de la Sociedad Rural anunciando la reducción de un tercio de todos los salarios, es decir a un valor nominal inferior al de los salarios vigentes durante la primera huelga 20. El único gesto de reprobación contra las tropas represivas fue el de los 5 talleres del lupanar La Catalana, que se negaron a servir a los aturdidos soldados, gritándoles “asesinos”.
Los periódicos anarquistas, principalmente La Antorcha y La Protesta, denunciaron la masacre de trabajadores presos y las ejecuciones sumarias tan pronto como se produjeron. Ellos llamaron a la solidaridad ya la huelga, pero otras organizaciones laborales (UGT y la FORA del IX ° Congreso), deseosos de evitar una confrontación con el gobierno de Hipólito Yrigoyen, se alojará en una protesta formal. Solo cuando se enteraron de la magnitud de la matanza se unieron a las protestas. A excepción de los anarquistas, que publicaron testimonios, denuncias y listas de asesinados, las protestas de los demás grupos políticos estuvieron entre tibias y puramente formales. El gobierno no honró a los vencedores y las acciones de las tropas no recibieron respaldo oficial; pronto se arrojó un manto de olvido sobre el asunto, por temor a las consecuencias políticas. Ciertamente hubo algunos debates y denuncias en la Cámara de Diputados de1 st de febrero de 1922, cuando el diputado socialista Antonio De Tomaso abordó el tema durante una sesión de la asamblea. Las denuncias e indignaciones de los diputados socialistas fueron, sin embargo, sistemáticamente despreciadas y pocos meses después el asunto volvió al olvido.
Las venganzas / Kurt Gustav Wilckens.
El asesinato de Wilckens por Pérez Millán (Crítica, 1923).
Fallece el teniente coronel Varela en atentado perpetrado, según fuentes, el 25 o 27 de enero de 1923, por un trabajador anarquista alemán llamado Kurt Wilckens. Había estado a punto de asesinarlo varias veces antes, pero cada vez que Varela aparecía acompañado de sus hijas u otras personas, lo que en ese momento había disuadido a Wilckens de llevar a cabo el ataque. Ese día, por fin, Varela había salido solo; Wilckens esperó a escasos metros de la entrada de su casa ubicada en la calle Fitz Roy 2461, en el barrio de Palermo en Buenos Aires, y al verlo salir le arrojó una bomba a los pies, que hirió a Varela, luego disparó, desde su Colt. revólver, cuatro disparos, es decir, el número de disparos que utilizó Varela para ordenar la ejecución de sus víctimas. Wilckens luego trató de escapar, pero un trozo de la bomba le había fracturado el peroné, lo que hizo imposible escapar. Al ser detenido por la policía, declaró: «Este no volverá a matar a nadie». Vengé a mis hermanos”.
Kurt Wilckens era un anarquista pacifista, anti-alcohólico y vegetariano, profundamente indignado por el comportamiento de Varela en la Patagonia. Sin experiencia en bombardeos ni en el manejo de explosivos, afirmó que su gesto fue una acción totalmente individual, aunque se presume que había recibido la ayuda de otros anarquistas. El gesto de Wilckens fue aclamado por toda la comunidad anarquista en Argentina, y el impacto de su acto llegó hasta Alemania y Estados Unidos, país en el que había residido.
Brazalete de La Protesta.
Durante el funeral de Varela, asistieron el general Agustín P. Justo, entonces ministro de Guerra, el doctor Manuel Carlés, el presidente Marcelo T. de Alvear y el ex presidente Hipólito Yrigoyen, joven perteneciente a la Liga Patriótica Argentina y ex policía de Santa Cruz, nombrado Ernesto Pérez Millán Témperley, profirió insultos y amenazas a periodistas.
Los fiscales piden 17 años de prisión contra Wilckens. En prisión, se recuperó de su lesión y, por su carácter dócil, logró ser estimado por sus compañeros de prisión y guardias, recibiendo muchas visitas y lecturas. Los periodistas vinieron a interrogarlo y escribió algunos artículos para revistas anarquistas.
“No fue una venganza; lo que vi en Varela no fue el insignificante oficial. No, en la Patagonia lo era todo: gobierno, juez, verdugo y sepulturero. A través de él traté de herir al ídolo expuesto de un sistema criminal. ¡Pero la venganza es indigna de un anarquista! El mañana, nuestro mañana, no afirma ni rencillas, ni crímenes, ni mentiras; afirman la vida, el amor, las ciencias; trabajemos para acelerar la llegada de ese día”.
– Kurt Wilckens, carta del 21 de mayo de 1923.
El 15 de Junio Wilckens fue asesinado por Pérez Millán Témperley en su celda, mientras dormía, con una bala que le atravesó el pulmón izquierdo. Wilckens sucumbió al día siguiente. Su asesino dijo luego de su arresto: “Yo era subordinado y pariente del Comandante Varela. Acabo de vengar su muerte”. El diario Crítica vendió más de medio millón de ejemplares ese día y el hecho despertó la indignación de anarquistas y organizaciones obreras. La FORA convocó a un paro general de protesta y una manifestación convocada en la Plaza Once resultó en dos muertos, 17 heridos y 163 detenciones del lado de los manifestantes, y un oficial muerto y tres policías heridos del lado de las fuerzas de la pedido. L ‘Sindicato Argentino, anteriormente la FORA del IX º, apoyó la suspensión del trabajo, pero pronto levantó la convocatoria de huelga.
Gracias a sus influencias, Pérez Millán lograron ser declarado demente y fue internado en el manicomio de la calle Vieytes, donde llevó una vida tranquila, aparte del resentimiento que albergaba hacia sus hijos. Compañeros de la Liga Patriótica, que había abandonado él. La mañana del 9 de noviembre de 1925 Pérez Millán fue asesinado a su vez por un disparo de Esteban Lucich, un internado con antecedentes de homicidio. Mientras que el propio Lucich no tenía un motivo evidente para cometer el crimen, las sospechas de los investigadores recayeron en el profesor Germán Boris Wladimirovich (es), anarquista de origen ruso, instigador en 1919 del primer atraco anarquista en Argentina, quien, encerrado de por vida en la prisión de Ushuaia, había simulado la locura al ser trasladado a la rue Vieytes de Buenos Aires y vengar allí la muerte de Wilckens. Sometido a un duro interrogatorio y golpeado, no admitirá su participación, para no comprometer su apoyo exterior. Vladimirovich murió unos meses después como consecuencia de las torturas que sufrió.
Filmografía
La película de 1974, La Patagonia rebelde, dirigida por Héctor Olivera a partir de un guión del historiador Osvaldo Bayer, trata sobre la masacre de la Patagonia. Luego de haber sido censurada por primera vez por el entonces presidente, Juan Domingo Perón, la obra fue finalmente autorizada, por decisión del mismo Perón, para ser lanzada en las pantallas de 12 de junio de ese mismo año. Tras la muerte de Perón, la película fue prohibida nuevamente, la 12 de octubre, por el gobierno de Isabel Perón. Sólo con el retorno de la democracia formal en 1984 pudo finalmente proyectarse libremente. La película ganó un Oso de Plata en la “Berlinale” de 1974.
En 2006 apareció el documental La vuelta de Osvaldo Bayer (lit. El regreso de Osvaldo Bayer), filmado por Eduardo Anguita (es). Esta película recrea, bajo la dirección de Osvaldo Bayer, ciertos episodios particulares de la rebelión cuyas huellas permanecen hasta hoy en el paisaje y en la memoria colectiva de la población patagónica, en particular en forma de algunos monumentos en parte destruidos, muros conmemorativos etc.
Literatura
En el cuento De cómo murió el chilote Otey (lit. Sobre cómo murió el chilote Otey), el escritor chileno Francisco Coloane relata un episodio ocurrido en los últimos días de la huelga. Mientras unos 850 trabajadores al mando de Facón Grande huyen hacia la frontera con Chile y el Macizo del Paine Otros 40, entre los que se encuentran los Chilotes Otey y Rivera, deciden morir por sus compañeros mientras permanecen encerrados en un cobertizo de siega, para retrasar la marcha de los hombres de Varela. Durante el relato, los personajes presentan su versión de las causas y hechos del paro y también discuten la discriminación que sufren los chilotes en la Patagonia.
El libro del escritor e historiador argentino David Viñas, Los Dueños de la tierra (litt. Maestros de la Tierra), relata los acontecimientos de rebelde Patagonia a través del prisma del mediador enviado por el radical del gobierno para tratar de resolver el conflicto. Pacíficamente, antes de la intervención del ejército.
Pavel Oyarzún, novelista y poeta de Chile Punta Arenas, es el autor de una novela llamada El Paso del Diablo (2004), en la que evoca la fuga de trabajadores en huelga perseguido por los soldados del 10º regimiento de caballería.
Hoy no es una jornada en la que se editen los diarios de papel en la Argentina. Sin embargo, podemos encontrarnos con portadas de diarios de otros países.
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