Es horrible, Es humillante. Dispara odio real y no la estupidez del odio del que hablan los dirigentes del kirchnerismo y del macrismo cuando hablan de «los otros». Tienen que saberlo los hipócritas de la CNRT (gobierno Nacional) y «autoridades» (qué caraduras) de los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires.
Sí, efectivamente, hablamos de todos los laderos de las áreas de transporte del Trío Galleta que en 2020 se juntaban a mentirse a sí mismos para terminar mintiéndoles a la sociedad en sus civilizadas reuniones por la pandemia. Ya sabemos que el menos cabello ostenta de los tres fue el más afectado por una negociación sucia desde Olivos. Igual, era el trío Galleta: prometen bife y te cortan feta.
Ahí lo tenés: son imágenes de una parada en un día de lluvia en un centro de altísima circulación de pasajeros. Poco espacio de protecció, el colectivo no viene y la gente se moja. ¿Mentendé¿ LA GENTE SE MOJAAAAAAA. La gente se moja esperando el puto colectivo en 2021. Para muchos el S XXI todavía no llegó.
Chico: gestión, solución. El transporte es el medidor más directo y sincero de la calidad de vida que un funcionario le puede ofrecer al pueblo. Todo lo demás viene después. Por eso, el gobierno de Menem fue el peor de la historia: porque fue el que más trenes destruyó, con efecto de gigantescas desgracias en pueblos enteros de todo el país.
¿Y no aprendemos, la reputa madre?
Paradas buenas, chabón. Buena visibilidad de los números de los bondis en la paradas y paradas incluso donde no hay paradas o flexibilidad para que no quede gente sin subir al transporte por causa del capricho legal del que se agarra un colectivero con ganas de cagarle el día a alguno o a varios.
Hay algunos que son realmente muy hijos de puta. Parece que disfrutan de haber dejado sin viajar al que le está pidiendo que le abra la puerta en un esquina en la que no hay ningún riesgo de abrir la puerta. Dicen que responden a las pautas planteadas por las compañías de seguros. Pues son unas pauta de mierda y hay que imponerles a la empresas de seguros que las cambien para que la gente no sufra tanto atropello.
No porque no vayamos nunca a empuñar un arma para asesinarlos, vamos a obviar la certeza que tenemos de que merecen más la muerte que la vida. Pero ni con ese cuadro que pinta tantas realidades simultáneas, abandonan su burlesca actitud de no ponerse de acuerdo para seguir poniendo en primer plano sus intereses que -en todos los casos y por tratarse de funcionarios públicos- también pagan quienes están en primer plano en las fotos.
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