Es igual cunado nos lo hacen a nosotros que cuando se lo hacemos a otros. En ambos casos, es ser mierda.
Los asquerosos argentruchos que le silbaron el himno en la cara a los jugadores brasileños en el estadio Bicentenario de San Juan creen que «hacen patria» aportando algo de bajón en el ánimo del equipo que minutos después se enfrentaba a la selección argentina.
Cuando los italianos nos silbaron el himno en el San Paolo, nos indignamos como si violaran a nuestra hermanita y Diego los puteo. Parece que ahora la falta de ética y códigos es una nueva ley en este pais.
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