Nos quedamos sin la Richmond, sin El Foro, sin el Ramos, sin El Vesubio, sin Ouro Preto, sin la Premier, sin la Marín, sin Politeama y ahora sin La Paz.
Se rumorea que buena parte de las organizaciones gastronómicas que reemplazan esas plazas son asociaciones ilícitas para lavar activos. Nadie tiene las pruebas pero parece que lo saben los encargados y los lavacopas.
Por ahora, una pena. Veremos después.