Era argentino. Su patética muerte autofilmada, a manos de un militar criminal chileno en 1973, lo convirtió en mártir temprano de la tiranía pinochetista
El 29 de junio es, en la Argentina, el día Nacional del camarógrafo o cámara. Esta fecha fue establecida por el Congreso de la Nación en la memoria del camarógrafo Leonardo Henrichsen, quien murió durante la cobertura de una tentativa fallida de un golpe militar en Santiago do Chile en el 29 de junio del 1973.
En nuestro país, Henrichsen trabajó para el legendario noticiero cinematográfico «Sucesos Argentinos». El 29 de junio del 73 cubría la noticia de las andanzas criminales de los militares chilenos, para un canal de televisión sueco en ese momento. Murió con 33 años. Se registra a sí mismo cayendo por el disparo y registra para siempre a su propio asesino.
El lacra nunca fue preso y se murió en 2007, tiempo después de un -aunque más no sea- mínimamente aliviador escrache por parte de una organización chilena de Derechos Humanos. El cobarde tereso, incapaz de enfrentarse a un mosquito sin su roñosa arna reglamentaria, se llamaba Héctor Bustamante Gómez. Por toda fuente consultada,se conoce que, en su condición de asesino de inconmensurable dimensión, encontró formas prácticas para morirse dejando a una porción del planeta con el deseo de patearle los testículos
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