Cuando una agrupación política se ve en la imposibilidad de dirimir entre un candidato y otro o entre miembros de listas, va a internas. Como las internas, ahora, pasaron a ser abiertas, su uso tiene utilidad. Esto viene a cuento por las veces en las que los argentinos nos vimos envueltos en situaciones que dejaban al descubierto que las elecciones primarias abiertas eran inútiles, dado que no no había agrupaciones intestinas dentro de una organización política.
Pues, esta vez, sí podría haberla.
A Rodríguez Larreta no le gustan los candidatos e Macri quiere imponer en Ciudad y Provincia. Se viene una puja entre halcones y polítics estrategas. Sólo los pavos consideran que la agrupación negociadora refleja conducta de paloma.
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