En la primera década del S XXI, se le conocieron a Sergio Abrevaya sus disputas con el macrismo. El entonces dirigente de la Coalición Cívica, advirtió una maniobra de Mauricio Macri que aparentaba, en 2008, desembocar en una reforma constitucional en la Ciudad, en eventual beneficio del PRO.
Al legislador por el GEN, se lo encuentra más filoso en los últimos días, apuntando hacia las autoridades nacionales, ante la desgastante discusión sobre la suspensión de las clases presenciales en la escuelas.
«No estoy en campaña. si se contase por marchas y asistencias la Argentina tomaría mil rumbos distintos. Ni convoqué ni fui. pero eso no exime a este mal gobierno, sostenido por neooligarquias feudales provinciales de ser muy malo. Otro empobrocedor más, como la/os anteriores» fue su último tuit.
Al revisar, siguiendo el hilo, Abrevaya compara situaciones y deja a la vista ciertas contradicciones de orden operativo:
El miércoles 14, Abrevaya, en Twitter: «Inexplicable el cierre de escuelas cuando 24 Provincias y el Ministro de Educación dijeron hoy que se iba a garantizar la presencialidad. Pierden los chicos. No hay que permitirlo».
También, el legislador se arriesga a prever eventuales efectos basados en números oficiales y preceptos propios de la pandemia, cuya exactitud, hoy por hoy, no tiene dueño:
«Todo el día con anuncios de que estamos peor que el año pasado por el crecimiento de casos. El año pasado el 12 de agosto teniamos 7.043 casos positvos, con 19.174 testeados y se abrían más actividades. Ayer se hicieron 89.761 tests y encontraron 25.157 positivos.4 veces mas tests». «Testeabas menos y ‘había’ menos contagiados. Decían en aquel momento que por cada testeado positivo (no habia más tests) se calculaban que había 9 más que no sabían. No parece muy distinta esta situación. La segunda ola está llegando, pero no está instalada todavía».
En cambio, desde otro ángulo ya más político, manifiesta con aplomo las aristas de su mirada crítica.
«El Gobierno está instalando desde hace una semana, como un bloque monolítico, el pánico para cerrar todo ya. ¿Será por la falta de vacunas, tapar la mala gestión. o el 1.500.000 distribuidas no aplicadas, o vacunas VIP?»
Sus tres comunicaciones dos días después, en una Argentina con la presencialidad al palo:
«Salio el Decreto. Como las provincias adelantaron que no le iban a dar bola, se concentró en El AMBA, que era el verdadero objetivo. Como no controlan nada en el conurbano, decidieron cerrar clases y comercios que sólo lograrán en CABA. Intervención con fuerzas federales patrullando».
Y el legislador apretó el acelerador a fondo.
«Es inconstitucional seguir arrogándose facultades legislativas con congreso en ordinarias, cerrando escuelas cuando todos le dicen que no, fundiendo comercios y gente, pymes, cuando la ciudad esta lejos del colapso sanitario. Estamos en manos de un presidente que no sabe gobernar, un gobernador que no controla el territorio y sólo sabe encontrar culpables en los vecinos presionando para que los porteños paguemos por su inoperancia».
Más allá de su natural autodefensa, cuando aseguró no estar en campaña, no sería descabellado pensar que en los próximos dos meses, las consultoras que miden la imagen de los protagonistas de la vida pública, hagan una presentación oficial de Sergio Abrevaya en las ligas mayores de la política.
Para entonces, es altamente probable que retome su distancia de las dos grandes alianzas en el orden nacional. Sea así o no, en este aspecto, es uno de los dirigentes que cuidan su carrera como un vino reserva. De buen manejo en redes sociales y de prensa, conoce como pocos que la nueva generación de aspirantes a la cima está 24/7 bajo la lupa de millones. Sus acciones y apariciones, hoy lo muestran como un interesante cuadro acelerando su ascenso y al que vale la pena sostenerle atención.
– – –