Tal como lo marcamos en una entrega de Diario 5 en mayo, si los argentinos no asumimos nuestras miserias, seguiremos atribuyendo nuestras impotencias, carencias y falencias a cualquier cosa que venga de afuera. Los factores externos son siempre carne de culpa para una nación -Charly García dixit- "enferma de frustración".
Se escuchan mucho expresiones «en contra» del año que hoy se va. Hace años, ya, esa costumbre de manifestarse con frases como «a este año no hay que despedirlo… hay que echarlo» y pelotudeces de esa categoría son muy habituales en la Argentina.
Aprender es difícil El título del programa de TV, «Somos Nosotros», lo resume todo. Qué difícil es asumir. Qué complejo es hacernos cargo. Entendernos responsables. De todo. Elijamos sólo tres para no apabullar: de los problemas ecológicos que nos parecen de otros, de las xenofobias que creemos que ocurren en pueblos que no son el nuestro y de nuestras negaciones crónicas, que nos pueden llegar a hacer seguir creyendo que aún somos un país rico.
El numerito del año no tiene nada que ver con lo que nos tocó vivir. Y te lo asegura alguien que fue devastado por los efectos de lo que en este año se generó, se produjo, se obtuvo, se decidió y se ejecutó.
Si sos argentino, te transmito mis mejores deseos. Y si sos argentinito, va el mismo deseo pero te agrego: madurá.
Despedí el año con dignidad. ¿No estás cansado de los papelones?
Felicidades
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